Inmigrantes, diferentes, pero en justicia iguales.

Inmigrantes, diferentes, pero en justicia iguales.

Antonio Cruz Zamora.

Bajo este lema organizó la Asociación “MURCIA ACOGE” la III SEMANA DEL INMIGRANTE, en la región de Murcia. ¿Qué quiere reflejar esta frase? Pues quiere hacer caer en la cuenta de que cada persona tiene, en su propio ser, determinados valores o cualidades, sobre todo espirituales, que la definen como tal. De manera inherente, son inseparables a la propia persona; y que éstos, como concreción de la condición humana, van más allá de la distinción por el país de procedencia, la etnia a la que pertenezca, y otras circunstancias socioeconómicas, etc., de cada persona.

Pues bien, la persona inmigrante, como una más, participa de todas y cada una de esas cualidades o valores. Y es JUSTO reconocer esto, privada y públicamente. Pero, a su vez, hay que afirmar también que, aquel como cada persona, es única y diferente al resto, aunque esa diferencia la queramos ver (eso sí, injustamente), algo más marcada por ser extranjero; y basarse en ello para infravalorar o valorar negativamente a la misma, o a cualquier actuación suya.

Como sabemos, han existido siempre y seguirán existiendo personas que, por no poder satisfacer determinadas necesidades, por cuestiones sociopolíticas, etc., en sus respectivos países de origen, se ven forzadas a partir de aquella tierra buscando la manera de conseguir una vida digna para sí y su familia. Estos son los INMIGRANTES.

La realidad actual del inmigrante en la Región de Murcia es muy crítica; es alguien quien al llegar a nuestra tierra (que la falsa publicidad les ha hecho ver como si se tratara de una nueva tierra prometida, llena de abundancia y bienes para compartir), y después de sortear toda clase de aventuras y desventuras en su maltrecho viaje, tiene que soportar muchas veces un sinfín de desdichas, vejaciones y explotaciones por parte de los “jefes” y “amos”, como ellos mismos llaman, para llegar a ser reconocido como una persona con algunos derechos y con todas las obligaciones.

En otros casos, el inmigrante ha tenido más suerte y ha dado con personas justas, responsables y que, desde el primer momento, o tal vez después, han sabido acogerles como se merece una persona que, por otro lado, ha sufrido mucho y que lo que realmente busca es un trato digno y un poco de comprensión y respeto hacia él y su causa.

Pero, desgraciadamente, la cruda realidad y nuestra experiencia nos demuestra que todavía falta mucho para que el inmigrante sea tratado justa y dignamente. Son, en cambio, la miseria, el hambre, la falta de vivienda, de un trabajo digno en muchos casos, etc., las características predominantes de este colectivo que, sin embargo, ha hecho mucho y sigue haciendo tanto por nuestra economía regional, en la agricultura generalmente (aunque también en algún otro sector), y en forma de una mano de obra que es muy difícil de encontrar entre los propios españoles. Verdaderamente no sabemos valorar esto.

Pues ante esta realidad, se organiza, en 1990, en Torre Pacheco, una Asociación denominada “MURCIA ACOGE”, con el objetivo de prestar un Servicio de ayuda y promoción al colectivo inmigrante de nuestra región y, preferentemente, al proveniente del llamado Tercer Mundo.

Somos un grupo de personas sensibilizadas por esta problemática y que pretende crear un lugar de encuentro y diálogo, tratando de buscar el acercamiento mutuo inmigrante-oriundo. Es nuestro propósito hacernos voz de sus demandas, de sus inquietudes, y que sea él mismo el protagonista de su acción. Querríamos, por otro lado, que el inmigrante, tristemente de moda desde hace unos años, pasara de ser, paradójicamente, un desconocido, a ser una persona más entre nosotros.

Sí, un desconocido, porque la gran masa social desconoce realmente su mundo, los verdaderos motivos de su marcha. Se infravalora como persona. Para muchos sólo tiene defectos, ninguna virtud. Se le ve como enemigo, como el que viene a robar el puesto de trabajo. Como el inferior culturalmente, etc.

Nosotros, y otros muchos colectivos y asociaciones, hemos descubierto que todo es falso, y queremos desmontar esta insolidaria pirámide. Pretendemos que el inmigrante se dé a conocer como una persona digna, con sus virtudes y sus defectos, que ellos nos muestren su mundo, quiénes son, sus valores, sus problemas, etc.

Para ir haciendo realidad todas las propuestas anteriores, hemos de plasmar estas actitudes en acciones concretas. Por aquello de que “andando se hace camino…” que decía el poeta.

Destacamos los rasgos generales de este colectivo: la mayoría son de idioma y raza árabe (bereberes), musulmanes practicantes o no. El 95% son hombres, y en edades comprendidas entre los 18 y los 45 años en un 70%.

Someramente, podemos dar unos datos sobre la ubicación o concentración de grandes núcleos de este colectivo en nuestra región, y el sector laboral en que ocupan sus actividades (ver cuadro). Teniendo en cuenta que desarrollan trabajos, la mayoría, temporales, se constata que suelen desplazarse muy a menudo, buscando siempre el puesto de trabajo.

Desde nuestros inicios, hace más de tres años, estamos desarrollando diversos programas y proyectos de trabajo con y para los inmigrantes, que anualmente renovamos, actualizándolos según sus demandas y sugerencias. Es indudable que el trabajador inmigrante está teniendo que adaptarse a las nuevas circunstancias de su vida en un país, en una sociedad, en una cultura y un idioma que se parecen muy poco o nada a los de su país de origen (excepción hecha de los latinoamericanos). Por eso, entre los primeros proyectos que se iniciaron figura el de “Clases de Castellano a inmigrantes”.

A través de las clases íbamos conociendo más a fondo toda su problemática y sus inquietudes. Al mismo tiempo, notábamos su interés por integrarse; y compartíamos juntos actividades, momentos y celebraciones más significativas de ambas culturas y religiones, la musulmana y la cristiana, como son: la Fiesta de Final del mes de Ramadán, Cuaresma, Semana Santa y Pascua, Fiesta del Cordero, Navidad, etc.

Asimismo, y ante la necesidad de regularizar su situación en nuestro país, se abrió el Servicio de Información y Asesoramiento sociolaboral y jurídico, que, por ejemplo en Torre Pacheco, se presta diariamente por las mañanas, con personas cualificadas.

Son miles de personas las que se han atendido en este servicio: desde la explicación, mediante traductor, de la documentación necesaria para cada caso, gestiones en la búsqueda de trabajo, ayuda para conseguir una vivienda digna, apoyo económico en casos puntuales, asistencia y seguimiento de inmigrantes enfermos, hasta la tramitación de recursos de alzada y contencioso-administrativos, asistencia en juicios, etc.

Otra tarea que ha asumido “MURCIA ACOGE” ha sido la de proporcionar ayuda también de cara a la cualificación laboral del inmigrante, dado que la mayor parte de este colectivo desarrolla su actividad en el sector agrícola, aunque también en otros sectores u oficios. Así, se han organizado e impartido Cursos de Orientación y Formación Ocupacional de: Horticultura, Maquinaria y Taller Agrícolas, Invernaderos, Jardinería, Albañilería y Ayudante de Cocina.

Estas y otras actividades como las de coordinación, organización y seguimiento, que lleva a cabo la Asociación, requieren un gran trabajo y de manera continuada. “MURCIA ACOGE”, desde que comenzó su andadura al lado del inmigrante, ha ido creciendo, ha ido contando con el apoyo y la solidaridad de personas y colectivos que le han hecho reafirmarse en la importancia de su tarea.

De esta manera, además del Centro de Acogida de Torre Pacheco, se han creado otros en: Cartagena, Fortuna, Espinardo, Murcia capital y Totana, contando en cada uno de ellos con un equipo de colaboradores que realiza todas o algunas de las actividades antes descritas.

No cabe duda de que para llevar a cabo los proyectos de esta Asociación necesitamos contar con la subvención económica de distintas instituciones (Dirección General de Migraciones, Consejería de Asuntos Sociales, donaciones, etc). Gracias también a estas subvenciones se acoge en Murcia. Pero éstas son insuficientes, y la mayoría de las veces son destinadas a actividades concretas que dejan sin respuesta otras muchas necesidades.

El trabajo de “MURCIA ACOGE” tiene como pilar básico y fundamental la dedicación entusiasta y altruista, y no por ello menos seria del gran número de voluntarios con que cuenta la Asociación; movidos sobre todo por un corazón solidario. Gracias a ellos, los trabajadores inmigrantes que conviven con nosotros encuentran el rostro humano y la mano amiga que la sociedad frecuentemente les niega. Ellos son, fundamentalmente, “MURCIA ACOGE”.

Pero a pesar de estas personas que colaboran desinteresadamente, y de los programas que se llevan adelante, quedan otros muchos que todavía no se han hecho realidad, o hay algunos que aunque se están realizando en estos momentos, requieren más dedicación y una colaboración mayor, sobre todo, en personal. Por estos motivos queremos hacer desde aquí una llamada a aquellas personas que se sientan solidarias con el inmigrante y con nuestro trabajo.

Son muchos inmigrantes los que esperan nuestro apoyo y nuestro reconocimiento de un trato igualitario y justo. Por eso queremos pedir tu ayuda y apoyo. El intento de dar respuesta a las necesidades de estas personas nos anima a solicitar tu colaboración: tu persona, tu profesión, tu tiempo, tu dinero… pueden ser solidarios.

Antonio Cruz Zamora Asociación MURCIA ACOGE

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