Andalucía: El sur del Norte.

Esteban Tabares

Los andaluces seguimos casi los últimos. Si España tiene una posición secundaria en la Europa Unida, Andalucía ha de sufrir ser el sur de los ricos, el cuarto trastero donde se amontona lo que ya no sirve.

El 92 de los mitos de progreso ha terminado como las ferias: tras los fuegos artificiales queda la oscuridad de siempre. Nos dijeron que EXPO-92 representaba el gran despegue económico para Andalucía. La fiesta pasó y sólo queda la resaca de la diversión.

Nos dijeron que nuestros productos agrícolas invadirían Europa y que el turismo europeo llenaría nuestras costas. Mas la agricultura no levanta cabeza y la hostelería tiene la tensión baja. Los políticos gobernantes nos dijeron que seríamos la California europea, pero…

El crecimiento de Andalucía durante el ciclo expansivo de la economía española (1985-1991) fue dos décimas (34,4%) por debajo de la media nacional (34,6%). Al mismo tiempo, se acentuaron los desequilibrios internos entre unas provincias y otras.

El 80% de la inversión industrial en Andalucía durante esa fase expansiva se concentró en la quinta parte del territorio andaluz. Las declaraciones de empresas de suspensión de pagos crecieron en 1992 un 75% en relación al año anterior. Y las declaraciones de quiebra lo hicieron en un 50% más.

Solamente 61 empresas domiciliadas en Andalucía aparecen entre las mil mayores de España por volumen de facturación y ninguna de ellas es líder en su respectivo sector. La mayoría pertenecen al mundo agroalimentario.

Hay un fuerte descenso de las inversiones extranjeras en empresas andaluzas. Hasta agosto de 1992, dicha inversión había bajado un 30% con respecto a 1991, al pasar de 104.045 millones del ejercicio anterior a 72.000 millones.

El último acuerdo del GATT perjudica a importantes cultivos andaluces como el aceite de oliva, azúcar, algodón, arroz, frutas y hortalizas. Ochenta mil hectáreas de cultivos arables habrá que retirar obligatoriamente en Andalucía. Dejaremos de percibir 2.400 millones en ayudas por restituciones a la exportación.

Crece el desempleo. En noviembre de 1992, había en Andalucía 550.038 parados, lo que representa el 21,85% de la población activa. De ellos, 134.200 pertenecen al sector agrícola, lo que significa que dos de cada tres parados de la agricultura en España son andaluces.

En la Andalucía de la EXPO, la fibra óptica, el AVE y los grandes puentes de Sevilla, perviven rasgos propios del subdesarrollo, como es la desigual e injusta distribución de la riqueza. El 31,49 por 100 de la renta andaluza está en manos de una minoría de la población, el 8,83 por 100.

Andalucía tiene 6.875.628 habitantes, de los que 2.502.728 viven bajo el umbral de la pobreza, con una renta mensual per cápita que no supera las 30.000 pesetas. 726.066 de estos están en pobreza severa, al no alcanzar las 15.000 pesetas de renta.

«Se crían muy disparejos los corderos de este aprisco. Unos maman de dos tetas y otros no dan ni un mordisco» (José Meneses)

El derribado muro de Berlín se ha trasladado a las costas andaluzas, donde se refuerza la frontera sur de Europa para que los africanos no entren ni siquiera a por nuestras migajas. Los epulones preferimos echárselas a los perros (quemar excedentes, abandonar cultivos) antes que abrir la puerta a los lázaros «tercermundistas». Las aguas del Estrecho se tragarán su hambre y sus cuerpos.

Pequeños campesinos y jornaleros andaluces saben que hay poco futuro para ellos en el campo. O buscan otro tipo de trabajo o se resignan a vivir subsidiados para siempre. Europa ya no necesita trabajadores agrícolas, sino jardineros del medio natural para que el turismo rural atraiga a los urbanos con empleo, que destrocen el entorno como antes hicieron con las playas.

Los mineros andaluces ya no bajan al pozo, pues casi todas las cuencas mineras están cerradas o lo serán en breve. La gran minoría del norte europeo ha de sobrevivir sacrificando a los pequeños del sur. Descienden al gran pozo del subsidio de desempleo y comarcas enteras van a la ruina.

Los cupos pequeños establecidos por la CE empujan a nuestros pequeños pescadores a quemar sus redes y amarrar la flota. La competencia de países terceros y de las grandes compañías ponen en dique seco para siempre a los marineros. Marineros en tierra.

Tendió las redes, ¡qué pena! por sobre la mar helada. Y pescó la luna llena, sola, en su red plateada. ¡Qué negra quedó la mar! ¡La noche qué desolada! Derribado de su cantar, la barca fue derribada. (Alberti)

La desigualdad entre las regiones europeas es patente, aunque las diferencias se vayan acortando. Andalucía va subiendo poco a poco, pero aún nos faltan cuarenta años para ponernos a nivel europeo. Si en 1950 teníamos el 30,78 por 100 de la renta media europea, en 1989 era del 57,2 por 100.

Concluyendo: La Europa Unida ha traído hasta ahora pocas ventajas para Andalucía y, en cambio, está provocando deterioros y desajustes económicos y sociales muy profundos. Claro que no todo es culpa de la CE. Nosotros tenemos también nuestros propios demonios de casa.

El porvenir no será fácil, mas será posible lograrlo en la solidaridad europea y en la cooperación con el Tercer Mundo. De peores hemos salido.

A mi pobre Andalucía no me la comprende nadie. Es una tierra metía en un corazón mu grande que llora con alegría. (copla popular)

Esteban Tabares

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