El ACHAMAN ante el 92

Los grupos, comunidades y movimientos que nos coordinamos en el ACHAMAN nos fuimos preparando para el 92 a lo largo del 91. Al finalizar la Asamblea Interinsular del 90 vimos la conveniencia de reflexionar e ir tomando postura a lo largo de todo el 91 para no dejarnos embaucar por la propaganda oficial y para tomar una postura que fuera coherente con el sentir de los pueblos latinoamericanos y, muy especialmente, de los pueblos indígenas y de los afroamericanos.

Para ello nos resultó de utilidad algunas de las publicaciones que se hicieron con motivo del V Centenario; tales como: “Noticias de Última Ira” y “Quinientos Eng-Años” de los hermanos López Vigil, “Dios o el Oro de las Indias” de G. Gutiérrez, el número monográfico de “EXODO”, algunos trabajos publicados por “Cristianismo y Justicia”, así como el diaporama preparado y publicado por el ECOE: “Carta de un Chino a los Aztecas”. También tuvimos reuniones con un cura de Tenerife (Gonzalo Morales) que trabaja en Venezuela y que se encontraba pasando una temporada en la Isla.

En la Asamblea del 91 se culminó la reflexión sobre el tema, aunque tampoco se incluyeron otros, como la situación del pueblo saharaui, bajo el lema: “Con respeto y en justicia, solidarios con los pueblos”. Esta Asamblea finalizó con un comunicado que ya fue publicado en el número 2 de “UTOPIA” (págs. 25-26). También se decidió pedir a todas las Instituciones Públicas que se pronunciaran en favor de la celebración del referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, así como que solicitaran al Gobierno Central la condonación de la deuda externa a los países latinoamericanos. Esta petición se realizó sin obtener respuesta alguna.

Tuvimos en el mes de marzo unas jornadas de reflexión con la ayuda de Carmelo García de IEPALA y algún retiro sobre el tema. Todo ello contribuyó por una parte a un mejor conocimiento de los acontecimientos históricos y por otra a una toma de conciencia de qué postura tomar ante las “celebraciones” del V Centenario.

En honor a la verdad hemos de decir que esperábamos más de lo que realmente fue. Hubo “más ruido que nueces”, más expectación que realidad.

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