En medio del desierto está viva la esperanza.

Carta de los cristianos en el 13 aniversario de la Revolución

Comunidades Cristianas Managua, 11 de Julio de 1992

Queridos hermanos:

  1. La revolución está viva En medio del desierto en que otra vez estamos viviendo, en medio del hambre, del desempleo, de la violencia y confusión, queremos reafirmar que la esperanza está viva, pues Dios está con nosotros, es nuestra fuerza y auxilio (Is. 41). En medio de tanto atropello contra nosotros los pobres, y en medio de esa lucha implacable por arrancarnos las conquistas de nuestra revolución, tales como la salud, la tierra, la vivienda, la educación; queremos reafirmar que la REVOLUCIÓN ESTÁ VIVA, y que nosotros nos comprometemos a seguir luchando por la causa de los pobres, por la justicia, por el cielo nuevo y la tierra nueva donde los pobres, como dice Isaías, sembremos y cosechemos, construyamos nuestras casas y las habitemos (Is. 65, 21-25). La revolución está viva porque están vivas y de pie las madres de los hijos caídos por la liberación. La revolución está viva, porque está viva en nosotros la sangre derramada y porque nosotros no queremos olvidar, ni traicionar, tanta sangre derramada. Y porque esa vida es más fuerte que la muerte que nos quieren imponer los opresores de hoy. La revolución es vida y la vida se celebra. Hoy la celebramos con el saludo.
  2. En el marco de los 500 años Nuestra lucha liberadora de Nicaragua es el paso de Dios que nos salva. Y nuestra lucha es un momento clave de la lucha de 500 años. En Latinoamérica han sido ya 500 años de opresión, de destrucción de nuestras tierras, de nuestra cultura, de nuestras vidas, pero han sido también 500 años de lucha y resistencia indígena, negra y popular. Y muy especial, han sido 500 años de luchar nuestras mujeres por sus derechos. El 19 de julio fue y es un momento culminante y clave de esa lucha y de la liberación a que tienen derecho todos nuestros pueblos de América Latina. Y ahora que otra vez quieren vencernos, aplastarnos las fuerzas del imperio del mal, sigue en pie como don de Dios Liberador y como trabajo, tarea y compromiso nuestro. El 19 de julio. Y ahora en 92 celebramos el 13 aniversario con más conciencia Latinoamericana y agradeciendo al Señor el que nuestra pequeña Revolución haya sido una gran luz para toda Latinoamérica. Y tenemos la gran responsabilidad para seguir luchando para que esa luz no se apague.
  3. Resistiendo y luchando… Queremos seguir resistiendo como lo han hecho nuestros hermanos indígenas desde hace 500 años. Resistir es lo contrario de dejar pasivamente o por miedo, que nos atropellen en nuestros derechos más básicos o que quieran pisotear nuestra dignidad. Resistir es enfrentar, y hacerlo como Jesús que denunció la injusticia y reafirmó la dignidad de los pobres. Con él queremos renovar nuestra denuncia profética de estos “ajustes económicos”, de esta “estabilidad económica” que se hace a base de la sangre y hambre de nuestro pueblo.
  4. No basta con resistir. Hay que luchar, como Jesús, que luchó aun hasta dar la vida. Renovamos hoy nuestro compromiso de luchar por el trabajo, techo, pan, salud y educación para los pobres.
  5. Y esto lo hacemos como nuestro compromiso cristiano por la justicia, como nuestra opción preferencial por la causa de los pobres. No podemos permitir que una a una se nos vayan arrebatando las conquistas populares de nuestra revolución. Se quita el pan de los pobres… Para acumular las riquezas de los que nadan en dinero, de los que se fueron de nuestra patria y ahora regresan con lujos insultantes y queriendo volver a sus privilegios del pasado.
  6. Con esperanza Uno de nuestros principales enemigos actualmente y que hace más grave el hambre es la desesperanza, el desánimo, el desaliento, el pensar que esta situación no tiene salida y que cada día iremos para atrás. Quizá como los discípulos de Emaús, muchos dicen o decimos “nosotros esperábamos…” o sea que ya no esperamos.
  7. Pero el mensaje de Jesús con la interpretación de la Biblia les hizo arder el corazón y lo descubrieron vivo y resucitado al compartir el pan. Así hoy nosotros descubrimos a Jesús vivo y resucitado en nuestra reflexión bíblica: Él sigue estando con nosotros, sigue escuchando el clamor del oprimido. Jesús sigue proclamando la Buena Noticia para nosotros los pobres. Y lo seguimos descubriendo al compartir el pan… en tantas señales de resurrección: las ollas para niños desnutridos, la medicina natural, las misiones, la revitalización de las CEBs., el acompañamiento y participación en la defensa del decreto 85-86 por la tierra y la vivienda.
  8. El Señor sigue vivo en tantas luchas populares y en especial en la espiritualidad tan profunda de las madres que siguen en pie y siguen luchando: en verdad por ellas y por su amor, por su esperanza y la esperanza de sus hijos, está viva nuestra esperanza.
  9. Y así, en 1992 DENTRO DE LOS 500 AÑOS SALUDAMOS LOS 13 AÑOS DE NUESTRA REVOLUCIÓN RESISTIENDO Y LUCHANDO CON ESPERANZA.

Comunidades Cristianas Managua, 11 de Julio de 1992

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