Maricarmen García Nieto
El 21 de septiembre se presentó en Madrid su candidatura al Nobel de la Paz, y ese día Rigoberta nos dedicó unos minutos y, sin prisas, habló para nosotros y nosotras.
Es una mujer indígena, campesina, cristiana y maya, luchadora por la vida y los derechos humanos.
Transcribimos directamente sus palabras, sin modificarlas, porque encierran toda la fuerza y el valor que ella les da.
U: ¿Quién es Rigoberta Menchú?
R: Bueno, en realidad, es muy difícil sintetizar la experiencia, la vida y quizá alguna de las explicaciones por las que en este tiempo uno es víctima de la historia. Es decir, la historia es muy injusta porque habrían muchas mujeres y muchas madres en Guatemala que pudieran cumplir el mismo papel pero, simplemente, no son conocidas y entonces me cae a mí un pedazo de la maleta muy pesada y eso creo que es un hecho. Pero hay razones fundamentales, sobre todo, porque yo he nacido de una familia donde mamá fue comadrona, partera desde los 16 años hasta los 53 años que fue asesinada y ella vio nacer a muchos niños en nuestra comunidad, empeñó su vida en esa gran obra social que, ojalá que en este tiempo, se empiece a reconocer como la más importante, es un tema que también estamos reivindicando.
Papá fue catequista. Mamá practicó la religión maya muy profundamente, ella rezaba, conocía las plantas medicinales, el hecho que curaba a muchos enfermos, también le hizo una relación especial con nuestra madre naturaleza y siempre nos inculcó una educación desde su punto de vista. Luego papá catequista que combinó su trabajo, su fe cristiana con la lucha por la tierra. Especialmente mi padre veintidós años trabajó por la tierra en aquel entonces. Allá se llama «ajmar e» ese tipo de gente que abre la brecha, que es guía, una especie de dirigente. En este sentido, papá, aprendimos mucho de él por su lucha, su trabajo, su sencillez tal vez y entonces es muy difícil resumir que desde allí creo yo que muchas cosas se aprenden desde la familia.
Pero también nosotros nacimos en una comunidad, una aldea donde muchas cosas comunitarias se practican desde pequeña edad y una casa que no tiene nada que ver con las casas que he visto últimamente y con un contacto muy fuerte con la vida de los seres vivientes sobre la tierra, especialmente, cuando nos tocó el trabajo de buscar mimbres o el trabajo del campo o también el pastoreo de animales, introduce unos cambios en la vida de uno tan fuertes que llega un momento en que yo pienso que es muy difícil resumir lo que uno haya vivido y por otro lado nosotros conocimos el duro trabajo en las fincas aereoexportadoras, trabajo tan cruel y pienso que es exactamente un trabajo de exterminio y un trabajo de un salario de exterminio más que solo un trabajo y un salario de hambre.
Entonces todo esto son méritos que están vivos en nuestra convicción y en el trabajo cotidiano todo el tiempo pero no basta hacer esto para entender el contenido y el valor de esta historia. Yo pienso que yo soy producto del trabajo colectivo, la concientización este un proceso de toma de conciencia. Nunca encuentro yo de dónde empezó mi conciencia, y dónde empezó una etapa, exactamente, sino más bien es el reflejo de un proceso largo.
Definitivamente, y no sólo eso sino que a eso se agrega todo lo que ha significado para mí estos once años, once años cruzando fronteras, once años sin una causa particular, once años descubriendo una inmensa cantidad de injusticias en muchas partes del mundo, quizás porque mucha de la gente que conocí hoy están muertos. Conocí al P. Ellacuría, conocí a Troquelí, a don Guillermo Ongo, a Marianela García, también conocí a Mima Maca, a Nora Pérez, a Humberto González Gabarra, todos ellos gentes y muchos otros gentes con quienes hablamos, compartimos muestres sueños. Con Méndez Arceo, un gran amigo, que fue el primer obispo que conocí cuando salí de Guatemala y siempre lo vi tan alegre y activo en el trabajo en el sentido más profundo de su trabajo y sensible frente a realidades no sólo de otros pueblos sino del pueblo que te rodea es decir su pueblo mexicano.
Todas estas cosas creo que son ejemplos, ejemplos que se van juntando en la vida de uno por un lado, pero por otro lado tuve la suerte desde que salí de Guatemala tuve un colectivo, viví con un colectivo en la representación internacional del CUC, del Comité de Unidad Campesina. En esa representación internacional convivimos indígenas, no indígenas, nos compartimos nuestras penas y no sólo eso sino que siempre estuvieron los compañeros observando mi trabajo, mis cualidades, mis aptitudes, es muy hermoso cuando tus propios compañeros te estimulan pero también te hacen ver peligros. Yo creo que estos once años han sido una exposición tremenda, de una enorme cantidad de peligros, peligros que podrían volverlo a cualquier gente a hacer insensible en lugar de mantener los valores que se poseen.
La lucha por los derechos humanos es muy frustrante, y entonces critican, observan, estimulan, también me ayudaron a aprender el español y cualquier otra cosa. En fin, yo pienso que esto es una obra colectiva, más que nunca pienso que ninguna gente hace historia por sí mismo y son los pueblos, son muchos los que hacen historia, pero también ninguna gente puede cambiar las cosas más que los pueblos. Yo le doy una importancia enorme a la organización, la organización que representa una colectividad para poder entender e interpretar muchos elementos de la vida.
Pero en estos años, entonces el proceso de concientización nunca tiene un comienzo ni el punto para empezar o terminar, es como la exposición también del ser humano con modestia frente a los fenómenos, los acontecimientos y que debe aprender algo nuevo siempre.
U: ¿Podemos decir, Rigoberta, que tenemos que estar siempre con los ojos abiertos, atentos a lo que pasa en cada momento para comprender el sufrimiento y las necesidades de los pueblos?
R: Tal vez no tanto comprender, porque pienso que es sumiso, sino en realidad la gente no está esperando ni los pobres están esperando, hay un trabajo cotidiano, hay un empeño y pienso que lo más importante es cuando uno es consecuente con lo que predica, es decir su vida no se ve de harturas como por quien predica y eso es el mayor pecado de la humanidad, mucha gente que entiende la pobreza pero no es capaz de actuar.
U: ¿Qué problemas hay en Guatemala?
R: Son, yo pienso, que todavía el proceso guatemalteco no culmina. Es un largo proceso donde todavía no sabemos cuáles son los efectos que va a provocar en la vida de nuestro pueblo la existencia de los «niños de la calle» y más de 75.000 viudas, una cultura que siempre guardó su memoria por quinientos años y que hoy está siendo rota por tanta, ya no sólo la violencia, la represión, la extrema pobreza sino más encima de ello los ofrecimientos del capital a que compre y que podrá estar esperando o inspirando a nuestra juventud sueños que no se van a cumplir y por tanto no podemos idealizar el presente. Yo pienso que el presente tenemos que estar trabajándolo, pero más bien si no encontramos soluciones específicas, concretas a los problemas globales.
Yo creo que la guerra no va a terminar lamentablemente los conflictos y la paz para nosotros no es simplemente la no existencia de enfrentamientos sino también es la conservación de valores, es también la defensa de la vida, es la dignidad y sobre todo tener comida y tener una causa digna y ser satisfecho a nivel material las necesidades de la gente. Como ha habido abundancia en el mundo la gente ha deteriorado sus valores y puede estar vivo pero no completo y si no se tiene los recursos materiales se puede tener muchos valores de modestia, de colectividad y de todo lo demás, pero tampoco la vida es completa.
U: ¿Qué ha supuesto para ti el tener que aprender castellano?
R: Más que una decisión es que no hay otra alternativa. Muchos de nosotros, los que nos tocó ser víctimas de la represión en Cunial, fuimos también expuestos a procesos acelerados que ojalá que hubiéramos tenido suficiente tiempo para optarlo, pero muchas veces las víctimas no tienen opción y tienen que vivir y sobresalir de lo que tienen que encontrar. Pero en este caso, pienso que para mí, el idioma en general es el universo de las personas, es lo más rico. Se puede entender la mentalidad de otros a través de su idioma y en este caso el español ha sido, por un lado para mí, muy rico muy rico, pero por otro, revela muchas cosas que a un oprimido se le han ocultado y gracias a ello que existe y el momento en que uno los descubre duele la explicación de cada cosa. Ahora conozco el idioma pero también conozco su contenido político, conozco cuántas cosas se nos ocultaron a los pueblos que no teníamos acceso a ese idioma y que hoy no se pueden seguir ocultando. Ese es el contenido profundo del idioma, es más que sólo aprenderlo y entiendo yo que ser analfabeto o ser alfabeto no es saber leer y escribir efectivamente. Más que nunca estoy convencida que hay muchos analfabetos en el mundo habiendo sabido leer el español desde sus primeros años de vida.
U: ¿Cómo os ayudan, la fe y la Biblia, en vuestra lucha en defensa de la vida y de los derechos del pueblo indígena?
R: Ahora eso es una combinación muy grande. Vd. sabe que en Guatemala hay muchos cambios, cambios que introduce la violencia, la represión y cambios que introduce también la conciencia y a medida en que hemos descubierto tantas injusticias también es relativo todo, más bien pienso que ahora es la mezcla profunda de la creencia maya y la creencia católica.
Ya no hay un autenticismo del catolicismo como se predica en otras partes del mundo, sino la fe de la gente es basada en la realidad que viven, con la militarización, con la conciencia, con su lucha, con sus reivindicaciones que tienen que ver con la dignidad de la vida y por lo tanto pienso que hay un enriquecimiento en la Biblia pero no escrita porque la gente sigue siendo una inmensa cantidad analfabeta y también hay una confrontación hoy en Guatemala entre católico, evangélico, fundamentalista y consecuente o no con la fe cristiana y entonces pienso que este tiempo estamos viviendo un tiempo en que está naciendo una fuerte expresión ecuménica de la vida, es decir, una expresión ecuménica de la vida, no me refiero exactamente quizá al ecumenismo definido en otras partes sino el que existe en Guatemala, donde para mucha gente de fe cristiana católica, o de fe cristiana evangélica o protestante, incluso tal vez algunas áreas del fundamentalismo han mantenido una actitud bastante mística frente al resurgimiento de los sacerdotes mayas, los «Aj Q’il» que por quinientos años no existían en Guatemala.
Hoy los sacerdotes mayas están cobrando una fuerza muy grande. Están reivindicando el derecho de la religión maya a existir, así como cualquier otra religión del mundo. Entonces en Guatemala hay, como diría yo, como la efervescencia de experiencias tan profundas a nivel de la fe, la religiosidad y si no se sabe interpretar esto, sí efectivamente podría ser un problema, hasta la fecha no. Yo pienso que a parte de enfrentar la gran corriente fundamentalista que existe y que en gran medida en los años de masacres, de represión, de militarización también los dirigentes del fundamentalismo compraron la fe de la gente a cambio de un poco de leña, a cambio de un vaso de atol, a cambio de muchas cosas o sólo simplemente ofrecer su brazo y decir bueno yo no me importa tu ideología política pero sí me importa acompañarte.
Todo este tipo de mensaje creo que también cuestionó la esencia de quinientos años evangelizaron, es decir, evangelizar qué, cómo hacerla, y sobre todo si en nuestros países la evangelización fue algo que poco a poco no se tomó en cuenta la cultura de los indígenas, verdad, no se les dio a los indígenas un lugar especial y bueno entonces tenía que enfrentar desafíos y hoy es un tiempo de desafíos. Yo estoy completamente segura de la actitud y la política de las iglesias, en este caso me refiero la católica, protestante, evangélica y las fundamentalistas, es empezar a entender esto con modestia y por eso creo yo que existe en Guatemala la pastoral indígena, existe en el área católica, en el área evangélica, existen los presbiterios mayas y en el área indígena el gran resurgimiento masivo y entusiasta de los sacerdotes mayas, sacerdotes y sacerdotisas mayas. No están peleando, hay un reencuentro, hay un acercamiento, pero que efectivamente tiene que dar nuevos elementos.
U: ¿Y el resurgimiento de todas estas prácticas religiosas continúa siendo un impulso, como lo fue en los años setenta, para luchar por la vida?
R: Efectivamente. Es más, yo pienso que ahora el hecho de que en los años setenta la organización popular tenía una limitación, la presencia de los indígenas en las luchas populares era diferente y por eso era tan significativo la creación de grupos como eran Comunidades Cristianas de Base, Ligas campesinas, proyectos de manzana, etc. y donde papá jugó un papel finalmente en la lucha del CUC y así como otras expresiones, pero el CUC hay que decir que fue la primera organización campesina que cosechaba e integraba toda esa riqueza de lucha de fe pero también por la tierra y también por los materiales, la vida, la sobrevivencia económica y todo eso. Entonces este tiempo ha avanzado esto.
Ustedes van a llegar a Guatemala y la inmensa cantidad de organización de viudas, las viudas tienen católicas, evangélicas, tienen sacerdotes mayas, sacerdotisas mejor dicho, tienen una presencia inmensa de mujeres que se han ido protagonizando lamentablemente del dolor, de las lágrimas de sus hijos, de sus parientes asesinados o desaparecidos, pero allí hay una experiencia de lucha y de organización, luego ustedes encuentran, y eso tiene inmensa influencia en la población, encuentran organizaciones campesinas donde efectivamente nuestras organizaciones hoy son organizaciones plurales que no sólo plantean una pluralidad en cuanto alianza popular, sino también plural en sus cuadros, en su pensamiento donde tienen cabida los cristianos católicos, cristianos evangélicos o protestantes también y donde hay también hasta el último tiempo expresión de compañeros fundamentalistas.
Todo lo que refleja es que hay un proceso mucho más maduro, el pleito ya no es entre uno y otro porque si es hijo de Dios o no es hijo de Dios, hay una madurez en la misma población y pienso que le da una autenticidad mayor a la fe, guardar la fe y la fe por la vida y los derechos humanos no ya cómo los pobres, que son hijos de Dios y van a ser primeros los que van a ver a Dios, sino simplemente porque la gente tiene derecho a ser feliz también sobre la tierra y pienso que ahora las organizaciones populares y todos hemos hecho buenos reencuentros entre diversidad de fe, diversidad de expresiones, sin que estoy diciendo que está quitando, borrando exactamente la diferencia de uno y otro. Pienso que sí pero hay lugares para hacerlo. La iglesia católica tiene que impulsar su trabajo como iglesia católica, pero los movimientos y las acciones populares tienen que combinar su fe y su comida, porque necesariamente tiene que haber eso. Yo creo que en Guatemala hasta la fecha no hay problemas ni enfrentamientos religiosos, simplemente hay un reencuentro, un respeto y empieza a nacer un respeto más profundo, los santos indígenas, las expresiones, las costumbres, más que romantizarlo o más que rechazarlo se está haciendo estimulados de una u otra manera y pienso que es la manera de convivir en una nación.
U: En tu libro has dicho: «los ricos se han hecho ricos porque quitaron todas las cosas de los antepasados y, al mismo tiempo, se alimentan de nuestro sudor», ¿está todavía presente esto?
R: Cada vez es más grande esta brecha. Yo pienso que este tiempo es un tiempo grandioso, que Nos da la oportunidad de rectificar en la historia o nos da la oportunidad de asumir un compromiso. Es como un tiempo, para mí, muy grandioso y no sólo para mí, sino para mucha gente. He escuchado a muchos barrios, muchas comunidades, mucha gente. Esto es lo que ha dado una hermosa oportunidad en mi existencia que no me arrepiento de ello, es la vinculación con una enorme cantidad de gente y me doy cuenta que la pobreza en América y en los llamados países del Tercer Mundo es cada vez más grande, pero no sólo más grande, sino la conciencia popular y la conciencia de la gente es también cada vez mayor.
Entonces hace rato, la injusticia tal vez era atribuida a la izquierda porque sólo la izquierda hablaba de la injusticia, de la dignidad, de los derechos humanos y los gobiernos se arrogaban el derecho de decir, bueno, son ideologías que vienen del exterior. Pero ahora no, ahora hay una reafirmación de luchas, de reivindicaciones, una conciencia muy grande y realmente hay problemas muy profundos en América, la pobreza es inmensa, la pobreza es tremenda, grandes situaciones como «los niños de la calle». Es un dolor permanente.
Todos los países de América, y son millones de seres humanos, no son un grupito, no son sólo en algún país, encontramos por cientos de miles de «niños de la calle». La extrema pobreza y los conflictos han llevado a crisis muy altas pero sobre todo también me preocupa el pensamiento de los tecnócratas o los políticos grandes que tienen una visión más alta de la humanidad.
A mí me ha tocado estar en conferencias donde sólo escucho la gran necesidad de reducir la población mundial y para reducir la población mundial yo llego quizá un poco más allá de lo que normalmente la gente piensa. Pienso que también mucho la reducción de la población mundial tendría que ser sacrificio humano en particular y en ese caso por eso creo que nosotros los indígenas tenemos una grandiosa oportunidad de reafirmarnos. O nos reafirmamos hoy o nos aniquilan en los próximos tiempos y la aniquilación de los indígenas no va a ser posible.
El problema es que desde que empezó y llegó la conquista los indígenas siempre fueron malos, nunca sirvieron para nada, su cultura hay que terminarla, hay que acabarla, hay que robarles sus tierras, etc. y hasta el colmo que ha llegado la humanidad es que hay que estudiarlos. Se inventaron carreras especiales para estudiar indios, observarlos porque son rebeldes y hoy hay un desafío frente a esto, todo el paternalismo con que se han tocado nuestros pueblos cuestiona la humanidad y también pienso yo es fuente de conflicto.
Creo que van a haber conflictos nuevos, yo no veo este tiempo como tiempo de paz. Lamentablemente lo veo como la incubación de nuevos conflictos, si acaso no se resuelven los problemas. Si se resuelven los problemas es un grandioso tiempo de impulsar la pluralidad, el reencuentro de nuestros pueblos, el recomienzo de la tranquilidad, pero la tranquilidad no va a pasar fuera de una nueva repartición de las riquezas de nuestro mundo. Las riquezas de América están, efectivamente, secuestradas, están secuestradas, yo creo que no están desaparecidas. En verdad, tenemos todavía grandes selvas que defender, grande vida que tiene grandes valores, valores de la familia, de la juventud, expresión creadora del arte de nuestra gente, especialmente en Guatemala lo multicolor es también una gota de Lágrimas, pero es una gota de lágrimas visible que se siente y que tiene que tener un lugar. La riqueza de nuestros pueblos está secuestrada y a mí lo que más me preocupa es que en muchos debates sobre la nueva repartición del mundo y la nueva repartición de las riquezas en manos de poderosos, está de por medio los avances científicos, está de por medio la deuda externa, está de por medio muchas cosas que han hecho y que entonces van a tener que compensarlo con vender las cosas más fundamentales de la vida y es lo que entendí yo en la cumbre en Brasil, la cumbre «econoventaydos».
Me dio una tristeza enorme porque mucha gente no sabe lo que pasó en la cumbre. Yo fui a la cumbre. Pasé por los lugares donde están todas las organizaciones del mundo sobre medio ambiente, sobre derechos humanos, era una venta absoluta de los valores. A los indios los vi yo bailando, desnudos, como si no tuvieran frío; no el reflejo del indio que quiere la vida, quiere la comunidad, quiere la madre tierra y también lucha por ella, no el reflejo del indio que sabe convivir con su fe, su vida y bueno no y creo que todavía existe el error del estereotipo sobre una inmensa cantidad de valores de la vida que no se puede permitirlo.
Y otra de las cosas es que mucha gente habló de la reconversión del paso de la deuda externa con la naturaleza de América. ¿Qué quiere decir eso? Muchas veces yo me pongo a pensar es la destrucción, creo yo, de la creación entera, la creación es inmensa, la creación es el hombre, la mujer, la vida, el mundo entero y no se puede comprar eso. ¿Quién va a comprar la creación? Eran las grandes reflexiones que estaban en el encuentro, también religioso, de cincuenta y cuatro países que hubo a parte del encuentro «econoventaydos», y creo que entonces se necesitan compromisos mucho más grandes de la sociedad civil de todos los pueblos.
Si ahora no nos preocupa la juventud que nos rodea, si no nos preocupa la droga, que no es cierto que la lucha contra la droga se esté haciendo con dignidad, no, muchas veces la lucha contra la droga es contra ya la víctima de la droga, el que toma droga es castigado y no el que vende, y no el que hace negocio con eso. Si no nos preocupan las grandes enfermedades que existen en el mundo hoy, y yo pienso que muchas de las enfermedades las produjo las manos del hombre y la mujer, las produjo los experimentos que se hacen con la vida humana. Nosotros no sabemos porqué se puede hoy incubar un niño y hacerle un niño su mamá y su vida artificial, antes no existía eso, pueden ser grandes avances de la ciencia. Yo no estoy en contra de los avances de la ciencia y de la tecnología, pero sí creo que es una preocupación cuando no sabemos en manos de quién está. Entonces eso atañe a nuestra fe, a nuestra vida total.
U: La mujer indígena, ¿qué papel tiene en este momento?, ¿podemos hablar de su potencial revolucionario?
R: Increíble, increíble. Es la primera vez que vemos protagonizar luchas maravillosas, luchas también que requieren mucho compromiso de las mujeres. Yo pienso que hay una era favorable para las mujeres, han salido adelante con cinco o seis hijos sin fuente de trabajo, corriendo de un lado a otro y, sobre todo, llevando conocimiento y prevalecer sentimientos. Fíjense en el caso guatemalteco. Vemos una participación muy generalizada de las mujeres. No se puede encasillar sólo en una experiencia, porque es tan diverso y tan plural, pero tan visible, eso le da también un contenido a la lucha muy profundo, porque yo pienso que si las madres fueron capaces de producir hombres y mujeres sobre la tierra, y darles una educación elemental desde los primeros tiempos y sobre todo en el caso de los países nuestros.
Hoy entiendo más porqué mamá habla de la naturaleza, la vida, le ofrece al hijo, este todo, esa gran creación y una vinculación tan tremenda con ella. Entiendo más, tal vez. Tenían noción de peligros también, pero sobre todo si nacimos con algunos valores de eso, yo creo que sí, la presencia de la mujer representa una huella importante de la historia. Ojalá que sea una época para las mujeres. Lo que hay que decir es que en ningún lugar del mundo la mujer se le ha dado el lugar digno que le corresponde y que entonces la hora que impone su realidad, pero no es una obra, por un lado pienso que es producto de que la sociedad se va democratizando en su cabeza, en su papel y no es producto de que ya no estén los elementos de opresión sobre el hombre sino es producto de una conciencia generalizada, pero también es producto de la valentía de la mujer de tomar su papel, ocupar su lugar e imponer su presencia por supuesto a costa de mucho sufrimiento. De lo mucho de lo que se ha dado es porque cada vez la pobreza es más grande, es porque ya no produce la tierra, es porque necesariamente la mujer tiene que salir del círculo donde ha estado y gracias ahí que se nos da una oportunidad, pero todavía falta mucho que caminar.
U: ¿Cuáles serían tus palabras finales a los cristianos de base?
R: Sí, yo creo que el mensaje duro es la gran obra que tenemos que crear para sensibilizar la humanidad. Para mí el problema principal es la insensibilidad a la vida, a los pueblos, a sus valores y nos ha separado tanto. Para sensibilizar la humanidad, artistas, medios, religiosos, comunidades, todos debemos involucrarnos en ampliar nuestros conocimientos y sentir la vida como un todo. No importa que sea un guatemalteco el que sea asesinado, pero que sintamos como la herida de nuestra propia comunidad y que eso destruye la vida y eso da malos ejemplos y la sensibilidad es que la humanidad es fundamental para resolver estos problemas. Si no, no vamos a entender ni colectividad, ni vamos a entender respeto mutuo, ni vamos a entender todo lo que muchos otros pueblos proclaman.
En Guatemala no se firmará la paz si no se reconoce su carácter multicultural y multiétnico. Hay muchos muros que botar. El año 93 será el año internacional de los pueblos indígenas: NO TENEMOS DERECHO NI A LA FRUSTRACIÓN NI AL TRIUNFALISMO.
Maricarmen García-Nieto