III Asamblea General. Iglesia de Base de Madrid

  • Evaristo Villar

El encuentro se desarrolló en el colegio Santa María de Yermo de las religiosas Dominicas de la calle Gaztambide de Madrid, durante los días 6 y 7 de junio del ’92. Los numerosos puestos de libros y de apoyos solidarios, los gritos de los niños en el patio y los bulliciosos saludos de los asambleístas recreaban más bien la imagen de una fiesta en familia que la de un encuentro donde se iban a debatir y a decidir cosas verdaderamente importantes. La historia de esta III Asamblea, iniciada hace más de dos años, tiene, sin duda, muchos momentos dignos de ser reseñados. Nos vamos a detener, aunque de forma casi esquemática, en el interesante proceso seguido. Al final haremos unas breves reflexiones.

  1. EL PROCESO Desde sus comienzos, Iglesia de Base de Madrid ha dado mucha importancia, como formando parte de su mismo contenido, al procedimiento seguido en sus asambleas. Estas se han mostrado, hasta ahora, como el mejor medio de participación de la gente y de creación de identidad. Conocedora por experiencia del ritmo lento de las comunidades, Iglesia de Base se inclinó, desde el primer momento, por un proceso largo y cuidado, con varias fases de trabajo que encaminan hacia un final donde se asume colectivamente, en un ambiente de celebración y de fiesta, el discurso y los compromisos generados durante el proceso.

1.1. Primera fase El primer paso de la III Asamblea General se dio el 19 de mayo de 1990 cuando la Asamblea de Representantes decidió, asumiendo las aportaciones de las comunidades, el tema, el procedimiento a seguir y el posible calendario. El tema, que inicialmente se presentaba bastante confuso, se fue clarificando mediante seis seminarios, desarrollados a lo largo de casi todo el primer año. Dichos seminarios, abiertos a la participación voluntaria de las comunidades y dirigidos por especialistas en cada campo, se centraron en estos motivos: Análisis de la coyuntura actual (acababa de desplomarse el imperio de la URSS y el muro de Berlín), La actualidad del Islam (referencias en la Guerra del Golfo), El Nuevo Orden Internacional y la Teología de la Liberación. Algunos de estos motivos se desarrollaron en varias sesiones. Este primer paso finalizó con el envío a todas las comunidades y movimientos de un documento síntesis de los trabajos y aportaciones más relevantes de los seminarios. Paralelamente, todos los miembros de Iglesia de Base pudimos contar con una Carpeta de materiales, elaborada por la Comisión del Boletín, que profundizaba en los mismos temas.

El segundo paso fue ya menos técnico y más popular. Consistió en que, a la vista de los materiales servidos por los seminarios y la carpeta y otras fuentes propias, todos los grupos pudieran hacer su propio análisis y valoración del momento actual. En este cometido empleamos, con idas y vueltas de un borrador de documento entre las comunidades y una comisión formada ad hoc, el último trimestre del 1991. El documento teórico final de este período, congelado para su revisión en la última fase, fue aprobado por la Asamblea de Representantes del 25 de enero de 1992. Su título, ya definitivo, fue este: Los cristianos ante los cambios de nuestra época.

1.2. Segunda fase El primer paso de esta segunda fase se inició en la misma Asamblea de Representantes del 25 de enero del ’92 cuando, a propuesta de la Coordinadora, se decidió pedir a las comunidades y movimientos que expresaran sus propios posicionamientos sobre los temas recogidos en el documento anterior. Para evitar la dispersión, la propia Asamblea de Representantes ofreció el siguiente elenco:

  • El capitalismo como único modelo económico. El “Nuevo Orden Mundial”.
  • La relación Norte-Sur. Las migraciones de los pueblos pobres a los ricos.
  • La crisis de la izquierda y, en general, de las ideologías del camino social. Necesidad de una nueva ética mundial, con valores alternativos.
  • Relación entre las grandes religiones y con aquellos movimientos religiosos que pueden ser convergentes con nuestras propuestas.
  • Propuestas en relación a la Iglesia Católica en la sociedad actual.
  • El segundo paso, siguiendo el consabido procedimiento de ida y vuelta de las aportaciones entre comunidades y la comisión, dio como resultado la elaboración de un documento práctico que recoge aquel tipo de aportaciones que “se puedan asumir en general por Iglesia de Base”, como se decía en la carta de la Coordinadora. El documento, dispuesto para ser ratificado en la tercera fase, fue aprobado por la Asamblea de Representantes del 1 de mayo del ’92 con el siguiente título: posiciones, compromisos y propuestas.
  • 1.3. Tercera fase La tercera y última fase fue la más corta, pero, quizás, la más intensa. Todo el proceso está desde el principio orientado hacia este final, que no es nunca un apéndice, sino una parte esencial del mismo. Aunque no somos muy amigos de gestos innecesarios, reconocemos que existen algunos que tienen valor simbólico, cuasisacramental. Y el final de nuestras asambleas es uno de ellos. Esta fase no tiene por qué ser ni la mediación analítica, ni valorativa que se suponen ya realizadas en fases anteriores. Tampoco tiene por qué ser una mediación para la praxis. Cosa que no tendría mucho valor realizada fuera del ámbito de la propia comunidad, que parece ser el lugar más apropiado para formular este tipo de compromisos. Pero esto no quiere decir que la tercera fase está vaciada de contenido. Existe evidentemente espacio para el debate, la celebración y la fiesta, como vamos a ver inmediatamente. Pero su función principal consiste indudablemente en ratificar de forma pública, solemne y asamblearia los posicionamientos teórico-prácticos generados a lo largo del proceso. Caben todavía matizaciones y nuevas aportaciones al texto en cuestión, pero el trabajo principal ya está realizado.
  • El primer paso de esta tercera fase consistió en la “presentación, defensa y votación de las propuestas hechas a cada uno de los documentos”. En un tema tan complejo como el abordado en esta asamblea eran de esperar constantes aportaciones hasta el mismo final. Y, en realidad, hubo bastantes, presentadas normalmente por las comunidades y movimientos, aunque también se debatieran algunas aportaciones presentadas a título personal. Esta tarea nos ocupó prácticamente toda la tarde del sábado, día 6 de junio, que habíamos iniciado, a las cuatro de la tarde, con la entrega de carpetas, la acogida y la oración de apertura. El resto de la tarde, hasta las once de la noche, fue para la merienda/cena compartida, el baile al ritmo de una formidable charanga, perteneciente a Saint Ambrose’s Church, y una simpática fiesta familiar, con sevillanas y todo.
  • Con la mañana del día 7, día de Pentecostés, y con una oración/reflexión sobre el Espíritu, iniciamos el segundo paso que nos ocupó toda la mañana. La tarea principal se centró en la revisión crítica de nuestra mini-infraestructura: comisiones (Tercer Mundo, Formación, Revista), secretaría, administración, coordinadora, asambleas (de Representantes y General) y zonas. Todo, salvo la revisión de las zonas -que ellas mismas hicieron en grupos aparte-, se desarrolló en la plenaria, en forma de balance de gestión y de proyectos de futuro, sometidos a la valoración crítica y aprobación de la asamblea. La tarea, muy propicia para el aburrimiento y el cansancio, resultó altamente aleccionadora debido, sobre todo, al mucho y pluriforme trabajo realizado por estas instituciones.
  • Después de la comida, nuevamente compartida, iniciamos el último momento de nuestra III Asamblea con dos gestos importantes. El primero, o saludo a los invitados, nos trajo el saludo y la voz de aliento de varias regiones, entre ellas La Rioja y el Achamán de Canarias, y de otros colectivos no religiosos, como Liberación. Se presentó aquí también una propuesta sobre “la educación en la fe de nuestros niños/jóvenes” que fue muy bien recibida por la asamblea. El segundo gesto, multitudinario, fue la celebración de la Eucaristía final de la III Asamblea. Con la particularidad de contar.
  • esta ocasión, con la Primera Comunión de dos niños nacidos y educados en nuestras comunidades. Durante la celebración, muy bien realizada por cierto, se proclamaron los dos documentos (el teórico y el práctico) y se presentó la nueva Coordinadora que, entre otras tareas, tendrá la de “animar” la Iglesia de Base y poner en práctica lo acordado durante esta asamblea.
  • ALGUNOS GESTOS INTERESANTES Y OTRAS REFLEXIONES Dado que los dos documentos elaborados en esta III Asamblea General ya se han publicado, creo que no es este el momento de resumir lo que ya está en ellos muy resumido. Destaquemos tan sólo su originalidad: son aportaciones que han surgido, de forma altamente participativa, desde la base, desde los diferentes grupos, comunidades y movimientos que constituyen lo que llamamos Iglesia de Base. Se trata, pues, de unos documentos que respiran frescura, creatividad, búsqueda, utopía. Discursos, en definitiva, que rompen siempre el “orden” existente en la actualidad. ¡Hay que leerlos con detenimiento y sacar conclusiones!
  • Me gustaría destacar dos gestos que, por lo inesperado y por la aceptación general e inmediata que tuvieron, están llamados a ser casi los gestos emblemáticos de esta III Asamblea. Me refiero a las dos comisiones nuevas que no sólo se consideraron necesarias, sino que nacieron ya con el personal suficiente para ponerse en funcionamiento. Se trata de la comisión del Cuarto Mundo que nace no sólo con un contenido específico (inmigración, paro, drogadicción, etc.), sino que va a permitir a la del Tercer Mundo, que actualmente se ocupaba de estos temas, dedicarse más directamente a su inmensa tarea. La otra comisión nueva es la de Educación en la fe de nuestros niños y jóvenes. Era una necesidad sentida, sufrida. Necesitábamos unirnos para buscar juntos algún tipo de solución. Ninguna comunidad, por sí misma, dispone de capacidad para responder, desde la fe, a los problemas que sus pocos y propios niños y jóvenes le plantean a diario. ¿Es esta una alternativa con futuro? El tiempo lo dirá. Pero debemos felicitarnos de haber abordado comunitaria y responsablemente este problema.
  • Independientemente del éxito de esta III Asamblea General (parece ser que mucha gente coincide en esta apreciación), creo que deberíamos seguir reflexionando, al menos, sobre estos dos temas: sobre el procedimiento o metodología de la Asamblea y sobre la regeneración de la misma Iglesia de Base.
  • En cuanto a la primera preocupación, creo que no debería despistarnos el éxito de la tercera fase y aplicarlo, sin más, de forma retrospectiva, a las dos fases anteriores. No sería ni justo ni conveniente. No se puede calificar de exitosa la participación de las comunidades en los comienzos del proceso; más bien fue floja y hasta deficiente. Le costó bastante tiempo entrar en la asamblea. Y si esta apreciación fuera cierta, deberíamos preguntarnos si esa dificultad es debida, y en qué medida, a la aplicación de un procedimiento inadecuado o carente de interés. (No deberíamos contentarnos con el “mal de muchos…”). Por otra parte, y repitiendo que el procedimiento es ya parte del contenido de la misma asamblea, deberíamos revisar si un proceso tan largo (dos años) como el que hemos seguido es siempre el más eficaz y no encierra, entre otros, el peligro de que el sujeto inicialmente abordado vaya perdiendo interés e importancia. Pienso que alguna crítica en este sentido se le puede hacer a la última asamblea.
  • Sólo unas palabras sobre el importantísimo tema de la regeneración de nuestra Iglesia de Base. No se trata simplemente de la mayor o menor ausencia de jóvenes (que es grande), sino de conectar con otros grupos y regiones que van en la misma dirección que nosotros y que no hemos logrado interesar. ¿Habrá que recordarle este tema pendiente a la nueva Coordinadora? ¿Será un tema de todos?

Iglesia de Base de Madrid

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