Iglesia de Base de Madrid
CENTRALIDAD DE LA IGLESIA O DEL OPUS
Como miembros de la Iglesia Católica, sostenemos que la centralidad de la Iglesia viene constituida por Jesús de Nazareth, de modo que para todo cristiano, lo primero es intentar el seguimiento de Jesús.
El Opus Dei se constituye a sí mismo en el centro, inculcando a sus miembros un aire de superioridad, que los lleva a encerrarse en actitudes de aislamiento, antiecumenismo y fanatismo.
La eclesialidad viene definida para el Opus por lo que él piensa y hace, por lo que no raramente pone en cuestión las normas mismas del magisterio, si no concuerdan con “su” espíritu.
EL OPUS DEI ARTÍFICE DEL INVOLUCIONISMO ACTUAL
Es voz común el disgusto y la disconformidad con la que dentro del Opus, se han vivido los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI, y las mismas enseñanzas del Vaticano II. Monseñor Escrivá menospreció a Juan XXIII por paleto, y a Pablo VI lo criticó acerbamente, hasta el extremo de prohibir que los miembros de la obra leyesen la Encíclica “Populorum Progressio”. Del Concilio Vaticano II llegó a decir “que era el Concilio del diablo”. Y sus hijos están impulsando hoy todo el movimiento involucionista, atentando contra el dinamismo renovador del Vaticano II y dañando gravemente a la Iglesia.
La historia puede testimoniar cómo el Opus no ha emprendido ninguna obra propiamente popular, ningún movimiento renovador, ninguna acción comprometida con los pobres. ¿Dónde están los profetas y mártires del Opus?
EL OPUS NO ACEPTA MÁS DOCTRINA QUE LA SUYA
Los miembros del Opus nunca aceptan más maestros ni lecturas que las suyas. Testigos directos narran el control ejercido sobre este punto y de cómo la orientación venía del mismo padre Escrivá quien, en repetidas ocasiones, procedía malhumorado y drástico contra quienes buscaban fuera de la Obra enseñanza o apoyo. Lo no desarrollado en la Obra era mirado como extraño, peligroso y desdeñable.
TALANTE POLÍTICAMENTE CLASISTA Y CONSERVADOR DE LA OBRA
Por más que se diga que el Opus es apolítico, la práctica histórica demuestra lo contrario. Sus socios son políticos conservadores, casi sin excepción, y entre nosotros está reciente este su talante que, como en todo lo demás, arraiga en el mismo padre Escrivá, quien estuvo profundamente ligado al régimen franquista (él personalmente entró el día de la victoria en Madrid y bendecía desde un camión con un crucifijo a las multitudes), dio algún que otro retiro espiritual al Caudillo, e hizo, que por años, muchos miembros de la obra desempeñaran importantes responsabilidades en dicho régimen y se alistaran en una cruzada anticomunista.
Para un observador neutro, el Opus aparece como un movimiento integrista, sectario, conformado culturalmente para mantener una sociedad e iglesia clasistas, opuestas al movimiento fraterno y socialmente subversivo de Jesús de Nazareth.
ENSUEÑOS Y AMBICIÓN ARISTOCRÁTICA DE MONSEÑOR ESCRIVÁ
Desde este contexto, puede explicarse el que su fundador, en lugar de reivindicar su origen humilde y enorgullecerse de él, lo sintiese como una vergüenza y buscara cómo borrarlo intentando para ello un cambio de su nombre y apellido y enalteciéndose además con un título (Marqués de Peralta) que lo emparentase con la aristocracia.
En este mismo sentido, parece que hay que entender el hecho de que hiciera grabar sus huellas y las de Alvaro del Portillo, (el “del” es también una añadidura para realzar el origen de su sucesor) en cemento blando, indicando por dónde tenían que pisar y avanzar sus hijos.
Desde la óptica del Evangelio, al Padre Escrivá no se le debiera ni haber ocurrido lo del título, y en caso de haberle pertenecido, debiera haberlo renunciado inmediatamente. Pero él siguió otro camino: lo inventó, se lo apropió, y lo exhibió como un timbre de honor. Ahí están expuestos, en lugar destacado en el Santuario de Torreciudad (Barbastro), sus siete escudos nobiliarios.
En el mismo orden de cosas, hay que entender el hecho, por él patrocinado, de que se le nombrara y tratara como “el padre”. No sólo consintió, sino que requirió que, en un Capítulo de la Obra, los asistentes aprobaran este tratamiento y se le reconociera externamente, con saludo de rodilla en tierra y beso en la mano.
EL SANTO DE LOS MILLONARIOS
La opción por los pobres, clave en la vida de Jesús y asumida oficial y públicamente por la Iglesia, está ausente del Opus y aparece prácticamente reemplazada por la opción de la sangre, del dinero y del poder.
Escrivá de Balaguer buscó acomodarse y hacerse reconocer entre los grandes de la sociedad. No sin razón, una buena parte del pueblo de Dios (sensus fidelium) ha convenido en llamarle “santo de los millonarios”.
Parece que la peculiaridad de la obra reside en llevar a los adinerados la seguridad de que también ellos pueden ser perfectos caballeros cristianos. “Estoy harto del proverello”, decía refiriéndose a San Francisco de Asís. A Monseñor no le cabía en la cabeza que, para ser cristiano, tuviera uno que dejar de ser rico. A los ricos, les basta con estar “desprendidos” de su riqueza, y así, él afirmaba que había muchos pobres ricos, contra la evidencia jamás desmentida de no encontrar un pobre rico.
SON MUCHAS LAS IRREGULARIDADES CANÓNICAS DEL PROCESO
Queremos subrayar cómo en todo este proceso, no se han respetado muchos de los requisitos canónicos tradicionales, que resultan casi sagrados para estos casos:
- Dejar pasar el tiempo necesario desde la muerte del interesado antes de iniciar el proceso de su beatificación.
- Llamar a declarar a todos los testigos, sin exclusión, aunque sean críticos o contrarios.
- Componer los tribunales pertinentes con gente perita e imparcial.
- Reabrir el proceso cuando uno sólo de los jueces ha expresado voto en contra de la beatificación, como ha ocurrido en este caso.
- Denunciar las presiones que, dentro de la Obra y dentro de la Iglesia, se han hecho para preparar y manipular esta beatificación, etc…
PEDIMOS LA SUSPENSIÓN DE LA BEATIFICACIÓN
Como personas y como cristianos, hacemos valer nuestro derecho a expresarnos en el sentido de no considerar la Obra y vida del padre Escrivá en concordancia normal y menos heroica con el Evangelio, ni siquiera con muchos de los valores humanos.
Nos entristece y nos escandaliza el anuncio de su beatificación, por entender que se está proponiendo como modelo a imitar por los cristianos algo que es notoriamente contrario al Evangelio y a la vida de Jesús.
Por esto mismo, pedimos que se suspenda su beatificación.
Puede que el Opus logre su objetivo, pero en tal caso, se puede estar seguro de que su triunfo no será una ganancia para el Evangelio, ni para la Iglesia.
La victoria del Opus se convertirá en derrota de la Iglesia.
Iglesia de Base de Madrid