Comunicado de la Comunidad parroquial de Lebrija
En este año de 1992 se cumplen los 500 años de la llegada de los españoles al continente americano. Esta fecha dio inicio en 1492 a uno de los acontecimientos más lamentables de la historia de la humanidad, no solo por el genocidio que supuso en su momento para las poblaciones que allí vivían y el expolio que se produjo de sus tierras y recursos, sino porque fue el punto de partida de la actual situación del continente americano en el que la pobreza, la miseria y el subdesarrollo son generalizados. La dominación y la explotación que comenzó en el siglo XVI a través de la conquista y una mal llamada “Evangelización”, todavía persisten hoy bajo otros nombres como: deuda externa, dictaduras militares, dependencia económica, violación de los derechos humanos y mantenimiento del subdesarrollo y la miseria de la mayor parte de la población americana.
Ante esta trágica realidad histórica y actual nos preguntamos: ¿Hay algo que conmemorar? ¿Celebrar 500 años de qué?
Nosotros como creyentes en Jesús y miembros de una Iglesia que fue cómplice de alguna manera en el descubrimiento y la conquista de América queremos manifestar lo siguiente:
- Pedimos en primer lugar PERDÓN como ciudadanos de un país del Primer Mundo porque con nuestros hábitos exageradamente consumistas y nuestro estilo de vida derrochador somos los responsables de la miseria y el subdesarrollo de los países pobres del Tercer Mundo.
- Pedimos en segundo lugar PERDÓN como creyentes en la medida en que somos corresponsables como miembros de la Iglesia en la colaboración que ésta mantuvo con los conquistadores, justificando sus métodos crueles e inhumanos en aras de una pretendida conversión al cristianismo, aunque no faltaron voces proféticas que denunciaron estas situaciones como fue la de Fray Bartolomé de las Casas.
- Tenemos que denunciar como espectáculo derrochador, fiel reflejo de nuestra sociedad consumista y opulenta, a la EXPO-92 de Sevilla y manifestar que como grupo de creyentes no podemos estar de acuerdo con la manera triunfalista y ostentosa en la que España está conmemorando este V Centenario.
Por todo ello, como personas que creemos firmemente en la solidaridad y la justicia y en la necesidad urgente de establecer un nuevo orden económico mundial, manifestamos nuestros deseos y nuestros compromisos de:
- a) Seguir trabajando en los pequeños proyectos de solidaridad que tenemos con los pueblos centroamericanos de Nicaragua y El Salvador.
- b) Participar activamente y colaborar con las organizaciones no gubernamentales que tienen entre sus objetivos el trabajo de la solidaridad en proyectos de ayuda al desarrollo de países del Tercer Mundo.
- c) Trabajar para llevar como comunidad un estilo de vida austero y de esta manera no ser cómplices con nuestro excesivo consumo de la pobreza del Tercer Mundo, de la destrucción del medio ambiente y del agotamiento de los recursos naturales y materias primas de los países pobres.
- d) Nos solidarizamos y apoyamos a todos los movimientos populares indígenas que luchan por la recuperación de sus tierras robadas y de sus culturas milenarias que han sido despreciadas y pisoteadas.
- e) Exigimos por último que se ponga fin a la Deuda Externa de estos países latinoamericanos porque es de justicia y porque es la principal causa del hambre, la miseria y la desesperación de las grandes mayorías de obreros y campesinos.
Lebrija, 1992