BABEL

Director: Alejandro González Iñárritu (México 1963)

País de producción: Estados Unidos de América

Año: 2006

Actores: Brad Pitt, Cate Blanchett, Gael Garcia Bernal, Koji Yakusho

 Con esta película por primera vez un mexicano recibe el premio al Mejor Director en el Festival de Cannes en 2006 y el Globo de Oro a la mejor película en 2007. Esta película, que cierra la “trilogía de la muerte” de González, con Amores Perros y 21 Gramos, rodada en tres continentes y hablada en cinco idiomas, representa el mundo globalizado en el que vivimos y el siglo de las comunicaciones, donde, paradójicamente, reina la incomunicación entre los hombres igual que en la bíblica torre de Babel. 

Inspirado en aquella frase “cuando una mariposa aletea en París se ocasiona un tornado en India”, Gonzláez Iñárritu reflexiona sobre la fina red que une a todos los hombres del planeta sin que seamos realmente conscientes. Cuatro historias diferentes, una entre Tijuana (México) y San Diego (California), otra entre Marruecos y Túnez, y otra en Japón se entretejen porque sus personajes cuando viajan por el mundo dejan su huella en cada lugar y modifican su historia.

Los personajes hablan, pero no se escuchan. Cada uno de ellos tiene unas necesidades distintas que no son tomadas en consideración por los otros que los rodean, y cada uno sufre de impotencia por la incomprensión y la soledad que los margina. Tal parece que la única persona que entiende y muestra compasión es una mujer vieja en Marruecos, que no se puede comunicar con palabras con la joven pareja de americanos, pero al observarlos comulga con su sufrimiento. Al marido y a su mujer solo el sufrimiento logrará unirlos, la muchacha que limpia su casa y cuida a sus hijos se reunirá con su familia al ser forzosamente repatriada por las autoridades de inmigración, la chica japonesa reencontrará al padre en el silencio del dolor compartido, y los hermanos marroquíes comprenderán con dolor las enormes consecuencias de jugar con las armas.

Es una película que merece ser vista por su fotografía, por su dramatismo, por la gran actuación de todos los artistas y, sobre todo, por la manera en que el director (al igual que en su anterior película Amores Perros), logra entrelazar una historia con la otra.

 Francesca Toffano

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