Luis Ángel Aguilar Montero
¿Qué es la Carta de la Tierra?
La Carta de la Tierra es una declaración de principios fundamentales que tiene el propósito de formar una sociedad justa, sostenible y pacífica en este siglo xxi. Busca inspirar en los pueblos un nuevo sentido de interdependencia y responsabilidad compartida para el bien de la humanidad y de las demás especies que habitan la Tierra. Es una expresión de esperanza –de terca esperanza–, así como un llamamiento de ayuda para crear una sociedad global en un momento crítico de la historia.
¿Cómo se hizo?
La Carta de la Tierra es el producto de conversaciones a nivel mundial, a la vez que un diálogo intercultural de más de una década de duración sobre metas comunes y valores compartidos. Su redacción supuso el proceso de consulta más abierto y participativo que se haya conducido jamás en un documento internacional. Contó con la participación de miles de individuos y cientos de organizaciones de todas las regiones del mundo, de diferentes culturas y diferentes sectores de la sociedad. La Carta ha sido moldeada tanto por expertos como por representantes de las comunidades de base y constituye todo un tratado de los pueblos que establece una importante expresión de las utopías, esperanzas y aspiraciones de una sociedad global emergente.
¿Cuál es su estructura?
Comienza con un preámbulo que reconoce que, en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común, así como que debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz; también describe brevemente los mayores retos a los que la humanidad se enfrenta: la Tierra, nuestro hogar, la situación global, los retos venideros y la responsabilidad universal.
A continuación enumera 16 principios divididos en 4 partes, y todos ellos desarrollados en otros 61 subprincipios de apoyo, que desarrollan de manera crítica y aclaran el significado de esos 16 principios fundamentales:
I. RESPETO Y CUIDADO DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA
II. INTEGRIDAD ECOLÓGICA
III. JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA
IV. DEMOCRACIA, NO-VIOLENCIA Y PAZ
Y finalmente –y a modo de conclusión– plantea cómo debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible en el ámbito local, nacional, regional y global.
Síntesis del contenido
A lo largo de sus 7 páginas, podemos encontrar un primer principio, base de los tres siguientes y de toda la Carta: Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad.
El segundo principio: Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor; el tercero: Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas, y el cuarto: Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras, completan la primera parte y tratan sobre las tres esferas principales de la relación humana y la responsabilidad ética: las relaciones entre seres humanos y la gran comunidad de vida, las relaciones entre los seres humanos y la sociedad y la relación entre las generaciones presentes y futuras.
Los 12 principios siguientes completan las partes II, III y IV y describen con más detalle el significado de los cuatro primeros principios, así como los requisitos que se requieren.
Sobre la integridad ecológica (2.ª parte) plantea 4 principios; a saber:
5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida.
6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental, y cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución.
7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.
8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido
Sobre la justicia social y económica (3.ª parte) plantea otros 4 principios; a saber:
9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental
10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible.
11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica.
12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.
Y sobre la democracia, la no violencia y la paz (4.ª parte) plantea los 4 principios finales:
13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar trasparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia.
14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible.
15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración
16. Promover una cultura de tolerancia, no-violencia y paz.
Una conclusión que llama al compromiso y a la acción
Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad, por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida.