Luis Ángel AGUILAR MONTERO @luigiaguilar
Si le preguntamos a la gente por los cambios o hitos más importantes de los que hemos sido testigos en España durante los últimos 25 años, una gran parte nos diría que los triunfos de la Selección española de fútbol que logró ganar de forma consecutiva, y con gran calidad de toque y posesión de balón, la Eurocopa de 2008, el Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012.
Pero si acotamos la pregunta al terreno político, la gente ya se pone a pensar. Y lo cierto es que también en el ámbito político, desde las Comunidades Cristianas Populares (CCP) en particular y desde la Iglesia de base (IdB) en general, en estos 25 años hemos sido testigos y profetas de cambios muy significativos. Testigos de una serie de cambios inicialmente esperanzadores, algunos inconclusos o perdidos hoy, y profetas o videntes en muchos campos de los que queremos dar ahora razón.
- Fuimos testigos del extenso mandato de los gobiernosdel PSOE entre 1982 y 1996 que, ya con UTOPÍA en la calle, cerró un periodo marcado por lo que en la revista llamamos entonces “Urgencias del cambio político”, abriendo una época de modernización económica y social (extensión del Estado del Bienestar, reducción de desigualdades sociales) que incluye la convergencia con Europa. Durante las presidencias de Felipe González, el gobierno toma medidas económicas que terminan abriendo una brecha con los trabajadores y los sindicatos. “La calle se mueve” fue el lema de 4 números, y la denuncia del “Mercado único”, nuestra apuesta de 1993. Los años finales del PSOE vendrían marcados por la crisis económica tras Los fastos de 1992 y las celebraciones del V centenario, ampliamente denunciados por plataformas que impulsamos y/o en las que participamos, y que se reflejaron en “Los excluidos del 92”. Después vinieron los primeros escándalos de corrupción, del GAL, del CESID…, lo que propiciaría el primer triunfo del PP en 1996 y sus funestas políticas para la clase trabajadora. Y así llegamos a “Los enredos del final de siglo” y nuestras “Propuestas para el 2.000”.
- Con la llegada del euro, tanto en sus connotaciones económicas como políticas –“La globalización”- , nos hicimos eco siempre desde el lado de “Los perdedores”. El euro, moneda ya oficial en la Zona Euro desde 1999, se convirtió en la moneda de cambio oficial el 1 de enero de 2002, reemplazando a la peseta y suponiendo un mayor costo de todo, siempre para los mismos. Hubo protestas por la subida encubierta de los precios que supuso este cambio de moneda y estuvimos en ellas.
- Como “Urgencias de los cristian@s hoy”, en 2003 dedicábamos un número al pium desideratum de que “Otra política es posible”. Constatamos un grave déficit democrático en nuestra sociedad. Nos han secuestrado las urnas –decíamos-. Votamos en un lugar y el poder está en otro. Los políticos no tienen el poder, sólo son unos simples gestores. El desprestigio y la corrupción del campo político no invitaba a participar en él, pero aun así no deja de ser verdad lo que decía Althuser: «Para que un poder perdure es necesario que se convierta de poder opresor en poder consentido».
- Fuimos testigos del papel continuista y conservador de España en la UE, que, a través de las cuatro presidencias del Consejo de la Unión Europea, nunca se desmarcó de la Europa de los mercaderes, la Europa del capital, la Europa fortaleza; y fue colaboradora directa con la puesta en marcha de las nuevas políticas e instituciones derivadas del Tratado de Lisboa, que entró en vigor en 2009. Pese a todo, UTOPÍA planteó en 2010 “La crisis como oportunidad”, presentando un buen puñado de alternativas socio-políticas. Y todo ello era tan necesario, ya que la crisis no estaba sirviendo más que para hacer sufrir a la gente. Ni siquiera el cambio de era nos servía para regenerar la democracia social y política. Lo estábamos dejando casi todo en manos de una plutocracia usurera que se escondía tras el apelativo del mercado, de unos economistas cegatos y de unos políticos mediocres, más preocupados por conquistar o mantener el poder que por coordinar y administrar las inquietudes y necesidades del pueblo.
- Y claro, tuvo que surgir El 15-M, ése movimiento de los indignados en el que tanto participamos, a raíz de la manifestación del 15 de mayo de 2011. Se produjo una serie de protestas pacíficas en España con la intención de promover una democracia más participativa -DRY- alejada del bipartidismo PSOE-PP (“Que no, que no nos representan”) y del dominio de bancos y corporaciones (“No somos marionetas en manos de políticos y banqueros”), así como una auténtica división de poderes y otras medidas con la intención de mejorar el sistema democrático. Entonces quisimos volver al “Seguimiento de Jesús” y nos planteamos que “Los últimos serán los primeros”; nos preguntábamos si “de Nazaret, podía salir algo bueno”, que “quién era mi prójimo” y aquello de que “si no os hacéis como niños…”
- Luego fuimos testigos de un hito importante que aún hoy algunos quisieran resucitar. ETA anunció el cese definitivo de la actividad armada. Fue un 20 de octubre de 2011, cuando en un comunicado ETA afirmaba su compromiso claro, firme y definitivo de superar la confrontación armada, al tiempo que pidió a los gobiernos español y francés un diálogo directo con objeto de llegar a una solución de las consecuencias del conflicto. Nosotros entonces dedicamos todo el 2012 a “Construir lo colectivo”: Atrevámonos a Pensar, a Hablar, a Unirnos y a Actuar.
- Independentismo o plurinacionalidad. Vivimos los diversos movimientos políticos de signo independentista, ligados a los nacionalismos periféricos, en Cataluña, Galicia, Navarra y el País Vasco, con ERC, UPG, Aralar, EA o Bildu y los otros partidos nacionalistas, como CiU, el BNG y el PNV oscilando entre posturas autonomistas y abiertamente independentistas. Y, finalmente, el mensaje de la plurinacionalidad que vino de la mano de Podemos, con quien mucha gente vimos los cielos abiertos (aunque no se tomaran por asalto) y que ha sido ampliamente reconocido en las urnas como una posible salida esperanzadora de futuro. Aun así, nos preguntábamos en 2014: La soberanía, ¿reside en el pueblo? Una Ley natural que se ha reflejado en gran parte de las Constituciones nacionales, como la nuestra en su artículo 1.3. Y también ese mismo año, escribíamos sobre “Represión y violencia, caminos a superar”, ofreciendo pistas que nos sirvieran para el diálogo y la reflexión de cómo debemos comportarnos en este mundo tan feroz y de violencia desatada.
- Los papeles de Bárcenas, los EREs del PSOE, la Gürtel del PP y, en general, toda la corrupción política y la impunidad han sido siempre fruto de nuestras denuncias. Los viajes a Marbella de Carlos Dívar, un expresidente del CGPJ; la cacería con posterior fractura de cadera en Botswana del Jefe del Estado, el rey Juan Carlos I; la nacionalización de Bankia; la imputación de la infanta Cristina como presunta cómplice en el caso Nóos; la acusación por los sobres y la contabilidad B del Partido Popular con todos sus tesoreros imputados y cuya financiación ilegal está ya más que probada, … son algunos de los ejemplos de los que por desgracia también hemos sido testigos y que nos forzaron a hablar de “Reconstruir la democracia”, donde, además de entenderla en su sentido más etimológico como el poder del pueblo y como forma de organización social que atribuye el poder al conjunto de la sociedad, nos atrevíamos a plantear la necesidad de ir “Hacia una nueva transición” y soñábamos con un nuevo Proceso Constituyente que volviera a empoderar al pueblo, a establecer cauces de participación, formas de revocación de cargos públicos, favorecer los sistemas de consulta popular… y todo ello, desde las bases.
- Desahucios, escraches, preferentes, prima de riesgo. Uno de los argumentos más empleados por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y Podemos para defender la paralización de los desahucios y la aprobación de la dación en pago con carácter retroactivo es el drama social que está causando el impago masivo de hipotecas en forma de desalojos e incluso suicidios. Por eso, empezamos 2015 hablando de las “Urgencias de la acción política actual”, porque estábamos viviendo un duro invierno que se ensañaba con la población más vulnerable: los desahucios continúan, la tasa de suicidios es alta, la pobreza energética aumenta hasta colocarnos como el cuarto país europeo con más personas en situación de pobreza energética. Y de eso también damos fe.
- Finalmente, terminábamos 2015 con “Las Personas Refugiadas: una cuestión política’, tema ya intuido de alguna manera en 2007 cuando abordamos el monográfico de “Las Fronteras”. La Llegada masiva de inmigrantes, primero, y de refugiados después, y la pésima respuesta dada tanto en nuestro país como en toda la UE siempre fue denunciada desde las páginas de Utopía. Las políticas europeas de migración y asilo, lejos de dar una respuesta solidaria, basada en el respeto a los DDHH de las personas migrantes y refugiadas, pusieron en grave riesgo las vidas de miles de personas, convirtiendo el mar Mediterráneo en la mayor fosa común del mundo donde han muerto más de 25.000 personas en los últimos 15 años. Ser solidarios con los refugiados –decíamos- es una exigencia ética, pero erradicar las causas que originan que tengan que irse de sus países es una OBLIGACION POLITICA, como POLITICAS son las causas que han originado su salida de sus países.
En fin, acabamos aquí este resumido relato del que hemos sido testigos recordando que estamos ante “un nuevo tiempo axial” en el que nuevas respuestas, valores, creencias y utopías tienen que tomar el relevo dentro de esos nuevos paradigmas, postreligionales y postseculares de los que vamos bebiendo.
Por eso traemos las conclusiones de la Comisión Teológica Internacional de la EATWOT, que dice que “La hipótesis del advenimiento de este «paradigma posreligional» plantea la posibilidad de que estemos ante una transformación sociocultural de hondo calado, en la que las «religiones neolíticas» van a dejar de ser viables »
Por ello, concluimos con éstas palabras del Papa Francisco (Evangelii Gaudium): “Es necesario llegar allí donde se gestan los nuevos relatos y paradigmas, alcanzar con la Palabra de Jesús los núcleos más profundos del alma de las ciudades”.
Y por eso también, nuestros últimos números de 2016 fueron “Esta economía mata”, “Paremos las Guerras” y “Cuidemos la Casa común para salvar la vida”. En todos esos frentes estuvimos, estamos y estaremos hasta que nos queden fuerzas y los huesos nos lo permitan. Paz y Bien.