“Respete y haga respetar, valore y haga valorar, ese tesoro que tenemos en los pueblos indígenas de nuestra Patria”
Mons. Proaño
Saludamos la presencia del Movimiento Indígena en Quito, presencia que como siempre es pacífica, multitudinaria, firme, festiva, coherente, presencia en la que la participación valerosa de la mujer y la madre indígena con sus niños dignifica aún más la lucha que es por todos los empobrecidos del Ecuador. A ellos, nuestros hermanos mayores les asiste el DERECHO Y LA JUSTICIA, porque desde hace más de 520 años, el despojo perpetrado contra sus naciones ha sido sistemático y ellos, los primeros y auténticos herederos de estos territorios, han sobrevivido y resistido – en condiciones infrahumanas- al racismo y empobrecimiento también sistemáticos.
Saludamos su presencia que una vez garantiza la justa demanda por la vigencia de derechos históricamente vulnerados, desde el elemental derecho a la alimentación que es a favor de todo el pueblo ecuatoriano hambriento y necesitado, hasta el reconocimiento de tierra y territorios, derecho colectivo históricamente violado.
Por lo tanto, rechazamos los obscuros acuerdos del actual gobierno realizados –de espaldas al pueblo- con el FMI que son los que han caotizado al país. Con Mons. Proaño somos conscientes de que el FMI “ha venido repetidamente a dar consejos, que, dentro de la situación de dependencia, estos consejos equivalen a presiones” situación de dependencia que es atentado contra la soberanía nacional y “nos revela un INTERVENCIONISMO muy orgánico, muy entrelazado en todos los aspectos: económico, político, militar y cultural-ideológico” (Mons. Proaño)
Repudiamos los sucesivos decretos ejecutivos con los cuales nos impusieron las nefastas medidas económicas contra el pueblo; el estado de excepción y el toque de queda, y así mismo rechazamos la violenta, planificada y cruenta represión contra los pueblos en resistencia a lo largo y ancho del país. La sangre de hermanos caídos en la lucha, clama; hay decenas y decenas de hermanos heridos, sangrando aquí en Quito, en el Parque del Arbolito en donde acampan pacíficamente.
A su vez, rechazamos los pronunciamientos discriminatorios y denigrantes de parte de dirigentes políticos representantes de la derecha y ultraderecha ecuatoriana y defensores de los intereses del poder económico nacional. Y así mismo rechazamos enfáticamente el cerco mediático, la perversa desinformación que invade las redes sociales y la infiltración sistemática de bandas criminales oportunistas que –aprovechando el levantamiento indígena- generan caos en las ciudades por medio de saqueos a comercios y mercados, destrucción e intervenciones en espacios públicos como lo ocurrido en la Contraloría General del Estado o en los pozos petroleros de la Amazonía, hecho del cual están acusados el prefecto y un asambleísta de Sucumbíos. Enfrentamos hoy una crisis generalizada, crisis económica, social, ética, de valores. Crisis que es consecuencia del capitalismo genocida, etnocida y ecocida que como dice Mons. Leonidas Proaño “es frío, como es frío todo lo que es metálico. No le importan los hombres ni los pueblos. Le importan las ganancias” capitalismo que “ya no se aguanta” como sostiene actualmente el Papa Francisco.
Nuestra lucha es por el cambio de sistema, por el cambio radical estructuras injustas que generan violencia y muerte. Nuestra adhesión es total al pueblo empobrecido que soporta el peso de las injusticias de siglos y de manera especial a los “indígenas que –como afirma Taita Leonidas- han sido víctimas de los atropellos a los derechos humanos pero lo más clamoroso es que han sido y siguen siendo víctimas de la violación de sus derechos como pueblos”
Nos aguarda la esperanza de que algún día, mucho más temprano que tarde, “No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. … Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro ni a recibir instrucción para la guerra. Convertirán en azadones sus espadas, y en hoces sus lanzas” (Miqueas 4, 3) y las naciones indígenas libres y liberadoras tendrán vida y vida en abundancia en sus territorios ancestrales, legalmente definidos”
Quito 10 de octubre del 2019.