Juanjo BROCH

Entrevista realizada por Javier Martínez

 

¿Quién es Juanjo Broch? ¿Cómo te definirías?

Nací el 9 de noviembre de 1963 en Vila-real (Castellón).

Fui Educador Social en el Ayuntamiento de Vila-real en diferentes programas destinados a menores. Desde 1993 soy Educador Social en el programa de protección de menores del Ayuntamiento de La Vall d’Uixó (Castellón).

En el ámbito de la fe he sido una persona inquieta y en búsqueda. Desde los 15 a los 19 años pasé por diferentes realidades eclesiales (Grupos de Oración y Amistad; Carismáticos; Focolares; Adsis; incluso por el Postulantado y Noviciado de los Salesianos) hasta que en 1983 me encontré con la Espiritualidad de las Hermanas de Caridad de Nevers (“No tengáis más asuntos que los de la Caridad ni otros intereses que los de los desdichados”) y que años después dio lugar a los Laicos Asociados de la Caridad de Nevers de los que formo parte desde entonces.

En cuanto al compromiso eclesial, he sido animador litúrgico y animador de grupos parroquiales de jóvenes y de adultos.

En lo referido al compromiso social, en diferentes etapas:

 he participado activamente en la Asociación de Vecinos de mi barrio;

 he asumido diferentes responsabilidades en Esquerra Unida tanto a nivel local como de Comunidad Valenciana;

 he sido delegado sindical de CC.OO. en mi centro de trabajo.

En el compromiso en el ámbito creyente lgtb:

 comencé a participar en grupos cristianos lgtb en 1995;

 de 1998 a 2004 asumí la coordinación del grupo cristiano del Colectivo Lambda -lgtb- de Valencia;

 en 2003 fui elegido coordinador del Área de Asuntos Religiosos de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB); fui reelegido en 2006; y en 2009 finalizó el periodo por el que había asumido esta responsabilidad.

¿Qué supone para ti ser cristiano? ¿Cómo ha condicionado tus opciones de militancia en los distintos ámbitos tu fe en Jesús?

La fe en Dios está en el fundamento de todas las dimensiones de mi vida desde que, a través de las Hermanas de la Caridad de Nevers, me encontré con su verdadero rostro:

 Un Dios que nos ama, que quiere estar a nuestro lado y que siempre está dispuesto a entrar en nuestras vidas pero que respeta nuestra libertad.

 Un Dios cuya pasión es que todos y cada uno de los seres humanos tengamos Vida y una Vida en abundancia.

 Un Dios que tiene una opción preferencial por las personas desheredadas, las empobrecidas, las oprimidas…

 Un Dios que nos invita, nos llama… a colaborar en su Reino de justicia, de fraternidad, de dignidad para toda la humanidad.

¿Por qué optaste por el activismo cristiano lgtb?

Cuando asumí mi homosexualidad, fue una gran alegría encontrarme con grupos de personas que vivían en armonía dicha orientación sexual con su fe. Eran grupos muy incipientes y precisaban de muchas manos para poder cumplir su triple función: acoger y apoyar a quienes vivían con conflicto su doble condición de creyentes y de lesbianas, gays, transexuales o bisexuales (lgtb); favorecer la normalización del hecho lgtb en la Iglesia Católica y en las Iglesias Cristianas Evangélicas; y también ayudar a que el colectivo lgtb diferenciara entre el rechazo, visceral e irracional en muchos casos, hacia nuestra realidad por parte de importantes sectores de las diferentes iglesias (Jerarquía…), del verdadero mensaje cristiano -con numerosas evidencias en la Biblia y en la historia de la Iglesia de aceptación y normalización-.

Tras un período de discernimiento que concluyó en unos Ejercicios Espirituales respondí a la llamada de Dios a ser instrumento suyo en esta

realidad. Dicho compromiso se concretó en las tareas de la coordinación del grupo cristiano del Colectivo Lambda -lgtb- de Valencia y posteriormente del Área de Asuntos Religiosos de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales -FELGTB-.

¿Por qué piensas que existe esa fijación de la Jerarquía con el hecho LGTB?

Como en otros aspectos (el papel de la mujer, el celibato de los sacerdotes, la sexualidad, la relación con el poder civil, la forma de ejercer la autoridad en la Iglesia, la actitud ante las riquezas y los empobrecidos…) en la Iglesia se ha deformado, en muchos casos hasta el extremo, la Buena Noticia de Jesús y se ha sustituido la acción iluminadora del Espíritu por la influencia de diferentes corrientes ideológicas que se han convertido en elementos consustanciales de nuestro cristianismo. Así, si Jesús volviera a este mundo sería rechazado y condenado por muchos de quienes ostentan el poder en la Iglesia como lo fue en su momento por los dirigentes del pueblo judío.

Es imprescindible borrar las dinámicas de exclusión y condenación que imperan en nuestra Iglesia y ello pasa por devolverle a Dios su lugar. ¡Dejemos a Dios ser Dios en nuestra Iglesia! ¡Dejemos a Dios ser Dios en nuestras vidas!

¿Qué consecuencias tiene la posición oficial de la Iglesia Católica respecto a la realidad LGTB?

Junto con los sectores más conservadores de la sociedad, la Iglesia, con sus argumentos y con su acción, está manteniendo y alentando la marginación hacia las lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. Y no podemos olvidar que este rechazo se traduce en algunos países en violencia e incluso asesinato por parte de la sociedad civil y en condenas de cárcel y hasta de pena de muerte por parte de los poderes públicos.

Todo ello supone, además, que el verdadero mensaje de Jesús no llega a las personas no creyentes, lgtb o no, provocando en muchas de ellas el rechazo a todo lo que tiene su origen en esa Iglesia sectaria y excluyente.

En lo referido a las personas creyentes lgtb es necesario señalar que muchas de ellas se han visto obligadas a renunciar a una dimensión central en su vida, bien a su fe, bien al desarrollo de su orientación o identidad sexual.

¡Qué escándalo que sea la misma Iglesia la que aleje a algunas personas del mismo Dios! ¡Qué escándalo que sea la Iglesia la que impida a muchas personas vivir el don de la afectividad y que se vean abocadas al ostracismo y a la amargura!

Y la otra cara de la moneda ¿qué pueden aportar los cristianos LGTB a la Iglesia, a hacer más creíble el mensaje del Evangelio y cómo lo pueden hacer?

Somos muchas las personas creyentes lgtb que optamos por permanecer en la Iglesia sin renunciar a nuestra orientación o identidad sexual. Y esto lo hacemos porque queremos hacer patente que la Iglesia ha de ser la casa de todas y todos y por ello trabajamos para erradicar la lgtbfobia que existe en su interior, incompatible con el Reino de Dios.

Por un lado hay quienes viven abiertamente su afectividad y siguen participando en sus comunidades eclesiales con toda la normalidad que les es posible. Por otro lado hay quienes, además, adoptan una actitud más activa trabajando por la normalización de la realidad lgtb en la Iglesia bien desde los grupos o comunidades en los que participan habitualmente bien desde grupos específicamente cristianos lgtb.

¿Cómo vives hoy tu opción como cristiano?

Después de más de once años en primera línea del movimiento cristiano lgtb, y tras un periodo de discernimiento, decidí dar un paso atrás y ahora son otros quienes asumen esas responsabilidades. No es bueno para las organizaciones que las personas nos eternicemos en los cargos, ni tampoco lo es para quienes los asumimos.

Como siempre he hecho, la fe la sigo alimentando en la Eucaristía de mi Parroquia, en los espacios de oración personal y comunitaria, en los Ejercicios Espirituales en los que participo todos los años, en el acompañamiento espiritual periódico y en los Laicos Asociados de la Caridad de Nevers, comunidad de la que formo parte desde hace casi treinta años y cuya seña de identidad es “No tengáis más asuntos que los de la Caridad ni otros intereses que los de los desdichados”.

Ahora mi ámbito de actuación fundamental es mi trabajo como Educador Social con menores y jóvenes con problemáticas familiares y sociales, donde intento ser instrumento del Amor del Padre por los últimos.

Ya sabes que el nombre de nuestra Revista es UTOPÍA, como cristiano LGTB ¿cuál es tu UTOPÍA para que el Reino comience ya?

Mi utopía es una Iglesia casa de todas y todos y –como dice José Antonio Pagola– cuya “meta sea la dignidad de los últimos”.

Pues sólo me queda agradecerte tu tiempo y esperar que sigas siendo tan UTÓPICO como nosotros y que sigas siendo constructor del Reino.

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