Javier Domínguez
Probablemente algunos no sepan quién es “Mamá África”. No fue una cantante de éxitos latinos, ni fue número uno en las emisoras musicales de Occidente. Ella cantaba en lenguas típicas de South Africa, y de vez en cuando hacía guiños a la lengua del África central, el swahili. Con su muerte, ayer en Italia, desapareció una de las voces más autorizadas para hablar de la reconciliación y de la solidaridad mundial. “Mamá África” luchó contra el apartheid en South Africa; fue amenazada de muerte y tuvo que establecer su residencia en Estados Unidos, aunque su corazón estaba siempre con su continente sacrificado. Cuando Nelson Mandela llegó al poder en 1994, “Mamá África” recuperó su libertad de residencia entre los suyos y volvió a disfrutar del cariño de los africanos. Sus conciertos transmitían una especie de optimismo mesiánico. Su mensaje de solidaridad y de reconciliación le hizo viajar hasta Italia para dar un concierto en solidaridad con los amenazados por las mafias y la insensatez de algunos políticos. Pero su corazón estaba cansado. Acabó el concierto pero no terminó la noche. Era el martes, 11 de noviembre de 2008. Desde ayer descansa junto a nuestros antepasados. Posiblemente cuando dentro de unos años las enciclopedias se refieran a ella como Miriam Makeba, muchos africanos protestarán. Ella será siempre nuestra “Mamá África” porque en su corazón cabemos todos.