Practicando austeridad

Feli Mora Moreno

Extremadura 

 Se me pide desde este medio de comunicación que cuente mi experiencia personal en clave ecológica. La ecología abarca tantos temas que será difícil poder explicar en un solo folio, ni tan siquiera las bases de esta filosofía de vida.

 En primer lugar aclarar que hace tan sólo 50-60 años ya se hacía uso de esta práctica aunque no se le hubiera asignado tal nombre. Tal vez por eso, a mí, que ya he cumplido los 67 años me resulte familiar lo de la ecología debido a que mis antepasados más próximos ya lo practicaban y yo recogí el “testigo” a pesar de que hubo un largo periodo, entre 20-25 años, que, sino al cien por cien, sí me dejé embaucar por los mensajes directos o sublíminares de los diferentes entornos en los que me tocó vivir; llámese trabajo, barrio, etc. En definitiva sociedad; que para más inrri ya no era la rural que me vio nacer y crecer  hasta  los 14 años, sino la industrial y consumista. Por suerte para mí y para nuestro planeta tierra, en el 81 decido cortar con todo lo que me rodea y vuelvo a mis orígenes, pero en mi nueva opción de vida, incluyo, saltar fronteras territoriales, dentro de nuestro país. A partir de ese momento me pongo a vivir en el campo pero no en las tierras donde nací. A estas fechas ya estoy viviendo en  una tercera finca.

             Mi forma de vida sigue siendo muy espartana que es como decir muy ecológica. Alguna de las bases de lo que digo y hago, se asienta en lo siguiente: desde el año 83, me elaboro el pan, todo tipo de conservas, por el método del secado, que es el más económico, energéticamente hablando. Con aceite usado, que me dan las amigas me hago jabón, con el que lavo: ropa, y “cacharros” y todo lo que necesita ser limpiado en el  hogar y en mi cuerpo. Más cosas que hago para practicar ecología: usar bombillas de bajo consumo, nevera también de bajo consumo, aunque todo funciona por sistema solar, incluidas nuestras cocinas, que también son solares, y que por suerte, en nuestro territorio son pocos los días nublados al cabo del año, en ellas esterilizo los frascos de cristal para las conservas, cocino todo tipo de comida, salvo los fritos, pero estos mejor no usarlos, ya que cualquier otro método de cocinado es más saludable. Tuesto las algas para ser molidas, previo a consumirlas; también seco las pieles de naranja que una vez molidas son utilizadas como una estupenda aportación de calcio a nuestra  alimentación.    No dispongo de espacio suficiente, aquí, para contar todo lo que se puede hacer con los hornos solares, empezando por la propia construcción de los mismos.

             En el 96 me quité del coche, aunque sigo teniendo el carné de conducir; es más ecológico viajar en trasporte público. Cuando viajo llevo comida y agua para no tener que entrar a un bar; ya que eso supone, además de tragar humo, gastar más.  Desde  que vivo en el campo, recojo calzado y ropa usada que después reparto entre quien la necesita, dentro y fuera del país, también utensilios de cocina y baño; tras quedarme lo justo y necesario para mi uso personal.

             Hay muchas posibilidades de practicar ecología, estando atenta a consumir lo imprescindible, de todo, empezando por el agua, papel, plásticos, sin olvidar el NO consumo de alimentos embasados y elaborados ya que eso es un circulo vicioso: a más embases, más basura; y como consecuencia más contaminación.

             Tal vez considerareis que esta forma de vivir es ridícula pero yo en cambio pienso que es lo mínimo que podemos hacer por nuestro, mal herido planeta.

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