Reflexión: Relectura del evangelio de Lucas (cap. 21) en tiempos de pandemia

Deme Orte

“Como algunos comentaban la belleza del templo por la calidad de la piedra y los exvotos, Jesús les dijo:

-Eso que contempláis llegará un día en que lo derribarán hasta que no quede piedra sobre piedra.

Ellos le preguntaron:

-Maestro, ¿cuándo va a ocurrir eso? Y ¿cuál será la señal de que esto está para suceder?

Parábola de la higuera

Y les puso una comparación:

-Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el verano está ya cerca”. Cuando veis nubes oscuras decís: Va a llover; o si el ocaso está rosado, decís: va a hacer bueno. Pues lo mismo tenéis que aprender a leer los signos de los tiempos para entender que está cerca el reinado de Dios.

Porque vendrán días en que habrá epidemias por toda la tierra y muchas personas morirán. Se colapsarán los hospitales e incluso muchos médicos y personal sanitario  se contagiará y algunos morirán. Se cerrarán colegios, universidades y muchas empresas; las calles estarán vacías, dejarán de volar los aviones como antes; la economía se vendrá abajo. Tomároslo en serio, que esto es muy grave; pero no os asustéis que no es el fin del mundo.

Un desastre mundial

Las autoridades os confinarán. Durante un tiempo no podréis salir de casa, ni reuniros, ni abrazaros ni besaros. Saldréis al balcón a aplaudir el esfuerzo del personal sanitario; pero también habrá protestas y personas que no cumplan las normas poniendo en peligro al resto. Será un desastre para muchas personas, especialmente las más vulnerables. Puede ser terrible. Pero todavía no es el final.

Los discípulos le preguntaron: ¿es ahora cuando vas a instaurar el Reino de Dios?, ¿empieza ahora el orden nuevo?, ¿cuándo volveremos a la normalidad, o habrá una nueva normalidad?

Jesús les dijo:

-No os dejéis engañar por las apariencias. Esto es un signo de que se ha roto el equilibrio en la Naturaleza, y si el mundo no cambia de rumbo se encamina a un desastre mayor. Lo está advirtiendo la ciencia y la humanidad más consciente. Pero las fuerzas del sistema van a hacer todo lo posible para mantener su poder a costa de lo que sea. Si no se cuida el Planeta, la Casa Común, y no se combate la desigualdad y la exclusión, todo eso retrasa el reinado de Dios. Pero no os vengáis abajo, no os deprimáis, que no se hunde el mundo.

Los signos del Reino

El Reino de Dios ya está entre vosotros. Está en los movimientos ecologistas que defienden la Tierra, los movimientos feministas que defienden la igualdad, los movimientos populares que reclaman Tierra, Techo y Trabajo, los movimientos de solidaridad, la nueva espiritualidad que florece por doquier.

Son signos del Reino las personas voluntarias que hacen mascarillas, las que reparten alimentos, las que acompañan y consuelan. El Reino de Dios está en el personal de la residencia de Estella que se encerró con sus mayores para que no hubiera ningún contagio; en el cura italiano que dio su respirador para que otra persona viviera; en el personal sanitario que se ha desvivido en su trabajo; en el personal de limpieza, en las cajeras del súper, en los pisos de acogida… “Cuando veáis vosotros que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reinado de Dios” (Lc 21,31).

El Reino de Dios está cerca, tan cerca que está dentro de nosotros. Falta que tomemos conciencia de ello, nos lo creamos y lo vivamos. Esta crisis es también una oportunidad de soñar otro mundo posible y hacerlo realidad.

                                   Palabra humana que podría ser de Dios.

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