En éste momento histórico en que nos encontramos, en el que parece que todo está al revés y los despropósitos cada día son más evidentes, llegan los utópicos a decirnos que hay que tener esperanza en el cambio que necesitamos.
¿Cómo se puede hablar de “esperanza” en unos tiempos en los que, por un lado, se encarcela a raperos, twiteros y titiriteros por injurias o por enaltecimiento del terrorismo (ahora que hasta ETA dejó toda actividad) o se le echan tres años y medio de cárcel a un Valtonyc por unas canciones de 2012, mientras se deja en libertad a tertulianos y pseudoperiodistas que destilan odio por todos sus poros (algunos desde la cadena de los Obispos, para más inri) o a carroñeros, como Jiménez Losantos, que dicen que hay que bombardear Cataluña o coger la recortada para matar a gente de Podemos?
¿Cómo hablar de “esperanza” – no Aguirre, claro- cuando campan con total impunidad y chulería políticos imputados, ya sean la mayoría de los ministros del gobierno más corrupto de Europa o los 4 últimos presidentes de la Comunidad de Madrid -curiosamente todos del mismo partido- y ver que en las encuestas para unas supuestas elecciones que se realizaran ahora, seguirían ganando esos corruptos del PP y su marca blanca que es Ciudadanos?
¿Cómo podemos hablar de “esperanza” en un cambio de régimen, cuando hasta el recién nombrado presidente de Catalunya niega el derecho a la dignidad al 70% de la población catalana, cuando el partido del aupado Rivera, que, además de no ser muy sensible en temas de feminismo y venir de la ultraderecha más radical, va ahora y nos propone intervenir militarmente en Catalunya, o cuando políticos como Cristina Cifuentes y Pablo Casado se tienen que inventar másters y mentir, encima, cuando les pillan con el carrito de los helados robando o falseando documentos?
¿Y justamente unos días después de haber conmemorado los 7 años del 15M? ¿Precisamente ahora que esa esperanza en el cambio de sistema o de disco (“no queremos cara A ni cara B”, se decía) parece estar más alejada que entonces?
Pues sí, pasen y lean…
… porque ni hay mal que 100 años dure, porque las mujeres y los pensionistas ya se han levantado, porque éste régimen parece que está dando sus últimos estertores y porque soplan otros vientos y nacen otras sementeras que nos hacen intuir que el cambio tan ansiado que estamos necesitando no está tan lejos.
Pasen a navegar por éste número y encontraran motivos para la esperanza, desde experiencias alternativas como las “Vacaciones comunitarias” de las Comunidades Cristianas Populares hasta las no menos alternativas de las residencias clásicas de mayores, como son esos centros sociales de convivencia, como el proyecto “Convivir”, en el conquense municipio de Horcajo de Santiago, muy en la misma línea de “Trabensol”, ya presentado en números anteriores, en el madrileño municipio de Torremocha del Jarama.
Pasen y lean hasta 4 reflexiones que nos hablan del “Cambio en el siglo XXI”, del “Cambio que ya se está dando en el escenario de las mujeres”, del cambio a operar “Desde la competición a la educación”, del “Cambio que ya se está dando en el ámbito de los mayores” o del cambio desde el Evangelio como un llamado al “convertíos, porque ya está entre vosotros el Reino de Dios”
Pasen, pues, lean y disfruten.