Alternativas Económicas

Durante el presente curso nos hemos propuesto ir sugiriendo desde UTOPIA algunos elemen­tos de alternativa al sistema capitalista, cuya lógica nos está llevando a uno de sus ciclos más temi­dos, la crisis global que recorre actualmente el mundo.

Hemos partido inicialmente de la hipótesis de que la actual crisis podría ser “ocasión oportuna” para ini­ciar un cambio de sistema, dado que el actualmente vigente, sin una reforma muy sustancial, ya ha demos­trado suficientemente su incapacidad para mediar las necesidades del colectivo humano y la conservación de la tierra que es nuestro medio de vida.

Al comienzo de la crisis algunos movimientos de la alta política parecían apoyar la hipótesis de la oportuni­dad para el cambio. En este sentido iban algunas expre­siones como “transformar el sistema capitalista”, coor­dinar la economía mundial, reestructurar desde sus raíces las instituciones financieras, etcétera.

Pero, en lo que llevamos de curso, después de haber analizado lo que está ocurriendo desde dos ángulos tan importantes como el ético-cultural (no 78) y el socio-político (no 74), constatamos que se está per­diendo, una vez más, la oportunidad: ni la crisis está siendo partera de nuevos valo­res, ni la quiebra del actual paradigma democrático nos está abriendo a una articulación socio-política más acorde con la dignidad y los dere­chos de las personas.

La reflexión que ofrecemos en este número está hecha desde el ángulo eco nómíco, base y fundamento de las relaciones entre los sujetos humanos y de éstos con la tierra. Apostamos por un cambio radical del actual paradigma de econo­mía mundial hacia otra forma, más racional y más res­ponsable, que sirva a las personas y que respete la tierra. Pues el actual modelo capitalista es tan escandalosamente partidista que excluye a la mayoría y tan irresponsa­blemente usurero que está agotando los recursos y desertizando la tierra.

Somos conscientes de que los mayores responsables de la actual crisis, los económico-financieros y los pode­res políticos, sus lacayos, no tienen la más mínima inten­ción de cambiar el actual desorden que a ellos mayor­mente favorece. Hasta les está saliendo bien el caos que ellos mismos han provocado y que están haciendo pagar con sudor y lágrimas a los de siempre. Para convencer­nos de este juego basta observar la enorme satisfacción que está produciendo en esos sectores político-finan­cieros de la Unión Europea (y no digamos en España) el haber superado favorablemente las “pruebas de resis­tencia” (stress test) que ellos mismos se han impuesto para volver a la ortodoxia. La ortodoxia de un sistema económico injusto con los más débiles, que se está reve­lando como el mayor problema para la existencia de la humanidad y la conservación del planeta.

En las páginas que siguen podrás encontrar algunos elementos para ir caminando hacia una alternativa económica necesaria y urgente.

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