Nos hemos reunido en esta ocasión bajo el lema: “Acción liberadora hoy”.
¿Pero de qué tenemos que liberarnos los hombres y mujeres de esta segunda década del siglo XXI? ¿Qué o quiénes nos quitan o constriñen nuestra libertad?
La respuesta no es otra que un sistema socio-económico-cultural que produce desigualdad, destrucción acelerada de nuestro hábitat y de muchos de los valores que han producido a lo largo de la historia lo mejor del ser humano y que:
- Alienta la violencia: contra las mujeres, los y las inmigrantes, contra las personas más pobres y vulnerables, contra cualquier tipo de disidencia y contra el propio planeta y la Naturaleza .
- Ha globalizado la economía y fabricado un pensamiento único que favorece a unos pocos privilegiados y que está arrinconando los derechos humanos.
- Se sustenta en una tecnología que, sin duda, está cambiando el mundo en muchos aspectos para mejor; pero que, a la vez, permite unos niveles de control y de manipulación de las personas inéditos en la Historia de la Humanidad.
- Está construyendo una sociedad que, maquillada de pluralismo y empoderamiento de la ciudadanía, nos aliena con enormes dosis de desinformación y falsedad, a través de unos poderes ubicuos pero difusos y difíciles de enfrentar, pues se encuentran en lo más oscuro de nuestra cultura de masas y del consumismo depredador que nos devora.
- Está basado en unos poderes tan eficientes que se han adueñado de todos los resortes de gobernanza social y de todas las instituciones públicas.
Y es por todo ello por lo que necesitamos una urgente acción liberadora, en la que contemos con:
- Unos y unas profetas que sepan leer honesta y valientemente la realidad y actuar en consecuencia, poniendo su vida al servicio de una nueva sociedad (como Gaspar García Laviana al que recordamos especialmente estos días, o nuestro amigo y compañero Jaume Botey al que también recordamos, o tanta gente anónima, íntegra y luchadora).
- Una espiritualidad que ya no se defina exclusivamente por las religiones institucionalizadas y se alimente del diálogo entre todas las ideologías filosóficas y creencias religiosas.
- Una defensa decidida por la laicidad, recogida en el reciente Manifiesto por la Laicidad (actualización del documento del mismo nombre, publicado por Redes Cristianas en 2008).
- Una ciudadanía reivindicativa, interrelacionada, organizada, colaborativa, crítica, que construya espacios de participación real, plenamente democráticos, donde cooperen las diversas culturas, tradiciones, razas, minorías y religiones, para el bien común y para el cuidado radical de las personas y de la Naturaleza; donde la lucha por la igualdad de hombres y mujeres logre cambiar esta sociedad patriarcal, violenta, en la cual los descartados y excluidos, y los migrantes que buscan un lugar para vivir con dignidad, no dejan de crecer.
Redes Cristianas se compromete a colaborar en libertad con las personas que quieran activarse por un futuro más justo, más pacífico y con más igualdad: movimientos sociales, ecologistas, por un consumo más responsable y una economía circular y sostenible, movimientos feministas y de migrantes, grupos religiosos de cualquier tradición. Todo ello desde la defensa decidida de la laicidad y desde una espiritualidad abierta, enraizada en la buena noticia de Jesús de Nazaret, profeta de la liberación.
No es posible trabajar eficazmente por una sociedad renovada y excelente desde el individualismo, desde grupos cerrados a sí mismos y a su entorno más cercano, desde lo que nos alimenta solo a nosotros y a los nuestros.
Redes Cristianas nació como una herramienta para coordinarse mejor, para lograr que la voz y la acción liberadora de nuestros colectivos fuera más fuerte y tuviera más incidencia social.
En este VI Encuentro, nos ratificamos en estos objetivos y nos proponemos seguir trabajando para sumar esfuerzos entre nosotros y con cualquier grupo o movimiento religioso o laico de la sociedad civil que busque también una “Acción liberadora hoy”.