José María Castillo,
BILBAO, DESCLÉE DE BROUWER, 236 PÁG.
Con el estilo profundo, documentado y apasionado con que Castillo ha alimentado durante tantos años la teología de la Iglesia de Base y de cualquier persona que busque las raíces de una fe sin engaños, afronta en este libro el tema de la felicidad humana en esta vida, fuera de cualquier sombra de opio del pueblo. El Dios del poder, de la majestad y del miedo, que tantas veces ha impedido ser felices a los seres humanos, no es el Dios de Jesús. En Jesús se humaniza Dios, que quiere para nosotros lo que todos buscamos: nuestra felicidad, la de todos sin exclusión. A partir de ahí, hay que reinterpretar toda la ética que se nos ha transmitido a través de una teología que se basaba en una imagen distante, dura y legalista de Dios ante la que era muy difícil gozar, reír, sentirse libre y buscar la justicia para todos en este mundo.
El autor comienza hablando de la relación entre Jesús y Dios, un Dios que se funde con lo humano y al que sólo conocemos en lo humano, porque se revela precisamente en la debilidad; posteriormente explica la necesidad de destruir al fariseo que llevamos dentro y, finalmente, la necesidad de hablar correctamente del nombre propio de Dios, confrontándolo con el Dios que tradicionalmente ha presentado la Iglesia y su entorno de culpa, miedo y castigo.
Jesús Bonet