Editorial:Personas refugiadas: una cuestión política.

Personas refugiadas: una cuestión política.

El problema de los refugiados se ha convertido en un importante e incómodo problema político en Europa.

Sin embargo, me llama la atención la falta de análisis sobre su significado socio-histórico y más sobre las causas del mismo, siendo un problema de enorme realidad en la historia de la Europa del s. XXI .

Por eso, me parecen de mucha actualidad los análisis de Hannah Arendt sobre las minorías y particularmente sobre los apátridas:

“Mucho más tenaz, de hecho, y mucho más penetrante en sus repercusiones fue el caso de los apátridas, el fenómeno de masas más reciente en la historia contemporánea, y la existencia de un pueblo, siempre creciente, integrado por apátridas, el grupo más sintomático de la política contemporánea”.

“Carente de importancia en sí mismo, tan solo una rareza legal, el apátrida recibió una atención y una consideración tardías cuando se le unieron en su estatus legal los refugiados de la posguerra que se habían visto salir de sus países por revoluciones y que fueron inmediatamente desnacionalizados por los gobiernos de sus respectivas patrias. A este grupo pertenecen, por orden cronológico, millones de rusos, centenares de miles de armenios, miles de húngaros, centenares de millares de alemanes y más de medio millón de españoles…”

Y me parece definitorio de la actual situación lo que Arendt llama “paradoja de la política contemporánea”:

“Ninguna paradoja de la política contemporánea se halla penetrada de una ironía tan punzante como la discrepancia entre los esfuerzos de idealistas bien intencionados que insistieron tenazmente en considerar “inalienables” aquellos derechos humanos que disfrutaron solamente los ciudadanos de los países más prósperos y civilizados y la situación de quienes carecen de tales derechos. Su situación empeoró intensamente, hasta que el campo de internamiento –que antes de la Segunda Guerra Mundial era la excepción más que la norma– se convirtió en la solución rutinaria para el problema del domicilio de las “personas desplazadas.

Y continúa Arendt: El término de postguerra “personas desplazadas” fue inventado durante la contienda con el expreso propósito de liquidar de una vez para siempre la condición de apátrida ignorando su existencia”.

 La última encuesta del CIS, realizada cuando comenzaron los desplazamientos de refugiados de la guerra de Siria, señala a los inmigrantes como uno de los problemas que más preocupan a los españoles. La reacción masiva de los ciudadanos exigiendo la atención a refugiados y protestando por la terrible actitud de Hungría y de los gobiernos de la UE llegó a preocupar a los gobiernos y forzó alguna tímida reacción positiva. Encuestas como la del CIS van a ser utilizadas por el gobierno para frenar aún más la acogida a los desplazados por las guerras y el hambre. Es decir, por causas políticas, por causa de una política encaminada a enriquecer a unos pocos a costa de todo un pueblo.

Los refugiados vienen de países crónicamente endeudados, dominados por oligarquías corruptas sostenidas por las multinacionales del petróleo y del armamento. El primer mundo cobra en concepto de amortización e intereses siete veces más de lo que destina a ayuda al desarrollo. Vienen por medio de redes poderosas de traficantes toleradas por la Unión Europea. Los inmigrantes, desarraigados, convertidos en apátridas por el modelo económico neoliberal, sin derechos ni capacidad de organización, son utilizados por la Troika y las multinacionales para socavar las conquistas laborales y sociales de los trabajadores.

Ser solidarios con los refugiados es una exigencia ética, pero erradicar las causas que originan que tengan que irse de sus países es una OBLIGACION POLITICA, como POLITICAS son las causas que han originado su salida de sus países.

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