Entrevista: Yayo Herrero.

Entrevista: Yayo Herrero.

Yayo Herrero López (Madrid, 1965) es una antropóloga, ingeniera, profesora y activista ecofeminista española. Es una de las investigadoras más influyentes en el ámbito ecofeminista y ecosocialista a nivel europeo.

Ha sido coordinadora estatal de Ecologistas en Acción y ha participado en numerosas iniciativas sociales sobre promoción de los Derechos Humanos y ecología social. Desde enero de 2012 hasta agosto de 2018 ha sido directora general de la Fundación FUHEM.3​Actualmente es profesora de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Colabora habitualmente con diversos medios de comunicación como eldiario.es. (Datos wikipedia)

Entrevistada por Farid Yazdani

Farid: Me gustaría que centráramos nuestro diálogo desde un ámbito mucho más cercano y entendible para todos. Entonces, para empezar, ¿qué es lo que está ocurriendo desde tu punto de vista? ¿Qué es lo que está pasando? ¿Y ante qué desafíos estamos?

Yayo: Bueno, desde mi punto de vista, nos encontramos ahora mismo ante  la evidencia clara de que vivíamos y vivimos en un mundo que ha desarrollado una forma de entender la economía, una forma de entender la política, que se ha dado de bruces con la realidad material de nuestro planeta, es decir, vivimos en un planeta que tiene límites físicos y vivimos en un planeta del cual dependemos para obtener todo aquello que necesitamos para sostener las vidas y la economía, y resulta que sobre todo en las sociedades occidentales se ha desarrollado una forma de entender la vida, una forma de construirla que ha ignorado esos límites físicos del planeta, que ha ignorado,  esos procesos complejos que permiten sostener la vida.

Farid: Uno se pregunta en estas alturas del conocimiento ¿cuáles son los impedimentos? Qué es lo que está haciendo de que los de a pie y los Estados como garantes superiores de que las cosas o que los cambios se pongan en marcha, tienen esa  lentitud, ese adormilamiento?

Yayo: Bueno, yo creo que, sobre todo insisto, en la sociedad occidental, porque no es el caso de muchos otros pueblos originarios u otras sociedades que tienen otras cosmovisiones diferentes, pero la sociedad occidental,  ha constituido a lo largo del tiempo sobre la ignorancia o sobre el vivir de espaldas a la consciencia de que la vida humana es profundamente co-dependiente y también interdependiente. Es decir, hemos configurado una cultura que ha creído que el conocimiento, que la tecnología, que el propio progreso humano, era capaz de pasar por encima de todos los problemas sociales que venían apareciendo, incluso, por los que la misma tecnología venía creando, por tanto, somos una cultura que ha aprendido a mirar la tierra y los cuerpos desde la exterioridad, desde la superioridad y desde la instrumentalidad, como si la tierra fuera un mero almacén de recursos a disposición de la gente, o como si las propias relaciones entre las personas no fueran un elemento absolutamente crucial para entender como la vida se sostiene, y, que sin esas relaciones, la vida humana en solitario no se puede sostener, no hay ningún ser humano que pueda aspirar a vivir en solitario.

Farid: Se podría decir que la gran mayoría de las sociedades existentes del planeta han sido de algún modo contagiados de nuestro modelo: el modelo capitalista. Con este modelo social uno se pregunta: bueno ¿y ahora qué? ¿Cómo tengo que planificar mi viaje? ¿Cómo crees tú que había que ir planificando ese camino que tenemos que recorrer?

Yayo: En primer lugar, entender que, bueno, que la cultura occidental no es una cultura que en este momento se dé solamente, en la pequeña parte que territorialmente son los países occidentales, sino que es una cultura, que desarrolla una separación entre la Tierra y los cuerpos. Nos podríamos remontar a Platón, cuando  distingue entre el mundo de las cosas y el mundo de las ideas, podríamos ver en el propio periodo de la conformación de la democracia ateniense, como se separa de una forma radical el mundo político, como el mundo en el que se delibera, se debate y se establecen las leyes que permiten organizar la vida en común de ese otro mundo doméstico, en el que se sostiene la vida y que está habitado fundamentalmente por esclavos y esclavas, o por las propias mujeres, que no tienen hueco en el mundo político y que conforman una parte mayoritaria de la población. Pero a partir del siglo XV del siglo XVI, Europa pone en marcha un proceso brutalmente expansivo y colonial, que ha llegado al resto del mundo en este momento.

Muchos de los grandes mandatarios o gobernantes de muchos países africanos, América Latina, asiáticos, se han educado en las grandes universidades europeas o estadounidenses, o por ejemplo, toda la cultura que se desarrolló. Incluso en los países del llamado socialismo real o en la propia China, que es ponente de un capitalismo de estado, son hereditarias de esa forma dicotómica de entender el mundo, de esa idea de Progreso, que transcurre divorciada de la tierra, y de los cuerpos, tenemos todavía una buena parte de los pueblos originarios, estoy hablando de las culturas indígenas, que son culturas muchas veces resistentes desde hace 500 años, a las dinámicas coloniales.

Lo que estamos viendo en las fronteras de Europa, o lo que estamos viendo en los diversos conflictos y guerras, que se están produciendo en el mundo por los recursos, ponen de manifiesto esa dinámica, o incluso, en los lugares de privilegio lo que se da en la periferia de muchas de nuestras ciudades, donde hay mucha gente que incluso, teniendo trabajo no puede llegar a final de mes, ni pagar la factura del agua, ni de la luz, simplemente porque no puede, porque no tiene lo suficiente para ello, y decrecer o asumir ese inevitable decrecimiento por las buenas, significaría desde mi punto de vista tres cosas: en primer lugar, adoptar un principio de suficiencia, es decir, aprender a vivir con lo suficiente, entendiendo esto como obligación, y como derecho, porque hay gente que no tiene lo suficiente en el mundo, y tiene que tener más, mientras que hay otra gente que tiene mucho más de lo que nos corresponde. Cuando hablo de más y menos, me estoy refiriendo todo el tiempo a la materia de la tierra.

En segundo lugar, hablaríamos de reparto, que es la redistribución justa de todo tipo de riqueza, y también la redistribución justa de las obligaciones que todos y todas tenemos para conseguir hacernos cargo mutuamente de la vida, es decir, para formar parte de esa trama de la vida.

Y el último principio sería el del cuidado de la tierra, el del cuidado del resto de los seres vivos, el de hablar de una política pública y una política cotidiana, realizada desde el cuidado, como sería la política de fronteras, desde la perspectiva del cuidado, una política de vivienda, la producción de alimentos o el metabolismo económicos. Si habláramos desde el cuidado de toda forma de vida, yo creo que esos tres principios de alguna manera permitirían articular y alumbrar una forma distinta de organizar la vida en común, y eso requiere imaginación, eso requiere creatividad.

Farid: ¿Qué tipo de pedagogía, de estructura crees que hace falta, para que las cuestiones de cambio no sean estacionales, no sean de moda? ¿Cómo crees tú que podríamos estructurarlo?

Yayo: Bueno,  yo creo que tenemos un importante problema social que es lo que tiene que ver cómo en este momento el mundo se mueve a golpe de noticia, a golpe de Fake News a golpe de información rápida y vertiginosa que en muchas ocasiones, además está controlado por los mismos poderes que controlan la deriva de la economía.

Yo creo que ahora mismo habría que hablar y mucho, sobre el papel que juegan los medios de comunicación en el conjunto de nuestra sociedad, y cómo tienen la capacidad, de orquestar y de manipular, y dirigir indignaciones, miedo, pesar, o incluso alegrías  en distintos ámbitos, lo mismo que estaba señalando por ejemplo con respecto a la Guerra de Ucrania. Me estaba acordando yo, que pasó al inicio de la pandemia, cuando también se ponía de manifiesto que la pandemia que estábamos viviendo, tenía muchísimo que ver con la pérdida y biodiversidad y, que en definitiva, del deterioro de la colisión con esa dinámica del funcionamiento de la naturaleza, se derivaba muerte, guerra, enfermedad, violencia…

Farid: Una lista de pequeños consejos, pero para las personas de a pie como yo, decir qué podemos hacer o qué podemos no hacer no decir ya no es sería cambiemos esto por aquello o dejemos de utilizar por ejemplo acabas de nombrar.

Yayo: A ver. Por hablar de las cosas como más inmediatas, nos encontraríamos con el modelo alimentario por ejemplo, es clave, y estamos hablando sobre todo de tener una dieta fundamentalmente vegetal. Es decir, el comer con una dieta básicamente vegetal, genera muchísimas menos emisiones de gases de efecto invernadero, utilizan menos recursos de la tierra, utiliza mucho menos agua, si se come proteína animal, que sea pues, de una ganadería digamos extensiva y poca. De cuanto más cerca vengan los alimentos que comemos, pues mucha menos incidencia, digamos, sobre el conjunto de la tierra, si habláramos de transporte, hablamos de movernos lo menos posible, hacer la vida en lo más cerca posible, y luego lo que haya que moverse, pues, como decía en transporte público y efectivo.

Por ejemplo, se puede cantar en un coro, hacer deporte en el monte, o salir a la montaña, y desde luego, eso va a ser un tiempo de ocio que impacta de una forma radicalmente desigual, que si la afición que tenemos pues, esa de tirarnos por un 4×4 por la ladera de un monte, o a tener algún otro tipo de ocio que exija grandes cantidades de combustible fósil, o genere muchas gases de efecto invernadero, es decir, en términos individuales, la clave sobre todo, es hablar de menos…menos material, menos energía, menos agua;  es decir todo lo que vaya a reducir de una forma grande, el consumo. 

Pero desde mi punto de vista, donde creo que tenemos la clave y donde creo, que hay una acción que es individual, pero no lo es tanto en la necesidad y en la urgencia por crear comunidad. Ahí me parece que es donde nos vamos a jugar mucho. Vamos a tener que aprender, y muchas de las soluciones que pongamos en marcha, van a tener que ver con aprender a compartir como nunca, con aprender a hacer usos colectivos de muchas cosas, que de forma individualizada, son inviables, pero colectivamente podríamos poder usarlas, estoy pensando por ejemplo, en el aire acondicionado durante las olas de calor en las bibliotecas públicas, refugios climáticos, colegios, centros de deporte, que pueden ser compartidos, en lugar de colocar un aire acondicionado privado dentro de tu propia casa. 

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