Queridos amigos:
Después de haber estado en Egipto estos últimos días mes surge la pregunta : ¿Y ahora qué? Si nadie fue capaz de predecir con certeza hace unos meses esta explosión revolucionaria, difícilmente podemos ahora anunciar qué pasará en los próximos meses. Lo que sí está claro es que las potencias occidentales que apoyaron a los regímenes dictatoriales cuando les eran útiles, y que siguen haciéndolo en muchos países, están practicando como nadie el gatopardismo, es decir, quieren cambiarlo todo para que nada cambie, creando una apariencia de cambio importante con el fin último de que el núcleo del sistema permanezca inalterado.
Frente al temor de que las revoluciones políticas árabes que traen la democracia progresen hacia revoluciones sociales que superen las injusticias del capitalismo, las potencias occidentales están favoreciendo transiciones hacia el establecimiento de democracias burguesas, realmente controladas por unos pocos desde dentro y desde fuera.
Sin embargo, en este movimiento revolucionario hombres y mujeres ganan, aceleradamente, conciencia y confianza en su poder para transformar la sociedad. Al mismo tiempo, se organizan autónomamente en sindicatos, partidos políticos y comités de barrios y centros de trabajo. Esto explica, por ejemplo, la ola de huelgas con reivindicaciones laborales y políticas que se extiende por Egipto, y la ocupación y autogestión de varias fábricas por parte de sus trabajadores tras la salida de Mubarak, así como la represión que estas huelgas están sufriendo por parte del ejército. Con lo cual termino con la pregunta anterior ¿Está cambiando todo para que nada cambie?
El Gatopardo