FORO DIAMANTINO GARCÍA

José Sánchez Luque (CCP de Antequera)

 El mismo día en que nuestros obispos promulgaron su Instrucción Pastoral en la que califican de «panorama sombrio» algunos aspectos de nuestro compromiso cristiano estatal y condenan los desmanes de teólogos y otras comunidades eclesiales…, ese mismo día, el lunes santo, una nutrida representación de grupos cristianos andaluces de talante renovador y evangélico ha constituido en Antequera el Foro Diamantino García». Entresaco algunas líneas del ideario aprobado: la problemática social y nuestro deseo de ser fieles a Jesucristo en el momento presente, nos ha hecho descubrir la necesidad de constituirnos y coordinarnos como foro para buscar un cauce positivo de convergencia espiritual, intelectual y de acción y afirmar públicamente nuestras convicciones, para salir del silencio y luchar contra la marginalidad en la que nuestra corriente de Iglesia está sometida por nuestros obispos, con el apoyo implícito de otras instituciones conservadoras. La situación española y mundial afecta profundamente a la Iglesia y en nuestra forma de entender, vivir, proyectar y proponer la fe cristiana en el momento presente, como nos pide el Vaticano II, ese concilio por el que hay que luchar «para que no se quede sin futuro», como manifiesta el benemérito obispo Pedro Casaldáliga. Vemos con dolor los posicionamientos y respuestas que están dando nuestros obispos a algunos problemas. No se nos escapa la resistencia que las instituciones ofrecen al cambio. A menudo no nos sentimos representados en sus juicios de valor, y en algunos casos nos sentimos en franco desacuerdo con bastantes de esos posicionamientos jerárquicos que parecen no encajar ni con la ciencia, ni con la Sagrada Escritura, ni tan siquiera con las principales y más genuinas definiciones dogmáticas.

A nivel intelectual y teológico pretendemos favorecer una reflexión que recoja la sensibilidad subyacente en las teologías de la liberación, feminista, de la negritud, de la lucha, de la cruz, gay, ecologista, pacifista, etc. Recuperar, revalorizar, apoyar y difundir el espiritu y la esencia del Vaticano II. Promover una ética mundial y ecológica vivida en cristiano, basada en los derechos humanos, la carta de la tierra y en los valores espirituales de la humanidad. Defender y propagar el derecho a la legitima trasgresión y disidencia tanto en lo social como en lo eclesial. Queremos vivir en comunión con las demás religiones, cristianas o no, pues, somos conscientes de que aportan luces valiosas y evangélicas a nuestra búsqueda.

A nivel de acción, queremos ser lugar de encuentro, debate y reflexión comunitaria guiados por el Espíritu del Señor que no es monopolio de nadie y que nos sigue despertando a todos, creyentes y no creyentes. Lucharemos en pro de una sociedad laica, pero que no pretenda marginar la voz de los creyentes. Defenderemos el sentido y el valor antropológico de lo religioso y de lo cristiano, pero nos oponemos a cualquier fundamentalismo y privilegio religioso. Realizaremos periódicamente acciones significativas a favor de los derechos de los empobrecidos y perdedores de este mundo. Queremos hacer visible una Iglesia fraterna, nada absolutista y más democrática en sus acciones y en su funcionamiento. Con el poeta chileno pesamos que « aunque corten todos la flores nadie podrá detener la primavera». La Energía del Resucitado nos estimula a mantenernos en la lucha y en la búsqueda de la fraternidad.

2 comentarios

  1. Indudablemente Pepe fue un profeta de la verdad y de un Dios liberador comprometido con el hombre.
    Conocí y trate a Diamantino, otro gran profeta de la justicia social que Dios quiere.
    Ambos sin duda se reencuentran ahora el el banquete de Vida y de Amor que Dios anhela para toda criatura, en especial aquellos que no cuentan.

  2. AL ENVIARLO Y VER QUE NO LO PUBLICAN LO ENVIÓ COMO COMENTARIO. ASÍ QUIENES LO QUERÍAMOS LO RECORDAMOS CON ESTAS PALABRAS.

    IN MEMORIAM DE DON JOSÉ SÁNCHEZ LUQUE

    Villanueva del Trabuco, 17 noviembre de 2020.
    Lo dijo aquel poeta alicantino: “temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo… volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores…” (Elegía a Ramon Sijé de Miguel Hernández).

    Con pesar y tristeza, hemos recibido hoy la noticia de la muerte del entrañable Pepe Sánchez, que el Señor le tenga en su Gloria.
    La muerte siempre llega pronto, no importan los años vividos. ¡Qué pronto termina el vivir! A los ojos de Dios es sólo un soplo que pasa. La vida es polvo, puede esparcirse en un momento, nada trajiste, nada te llevas, sólo lo que tengas allá en lo más dentro del alma.
    Aunque sabíamos de su enfermedad grave, desde hace unos años, hemos podido ver cómo el carácter jovial y el buen ánimo, ayudaron a Pepe Sánchez Luque a salir adelante y gozar de unos años más de vida con sus limitaciones. Pepe fue desde su manera peculiar de ser, un siervo fiel de Dios, que no dio de qué hablar sobre él mismo, sino que vivió así, siendo fiel en su sacerdocio, centrado en el corazón del Evangelio como él lo entendía: desde una opción radical y profética por los más pobres. Este hermano sacerdote no era un ideólogo de teorías baratas y trasnochadas, simplemente vio a Jesús en los pobres y el sentido de su vida en el servicio a ellos principalmente.
    Creo que no dijo en su vida una homilía sin creérsela y sin que las palabras justicia, pobreza y conversión de la Iglesia hacia los más pobres, saliese muchas veces con cierta vehemencia. ¡Las cosas de Pepe! “No tenía pelos en la lengua”. Pero estas cosas eran las que a los más liturgistas o leguleyos nos alteraban y a los más necesitados les mitigaba su pesar y sus lágrimas con la mansedumbre de Dios. Él había entendido bien al Dios que es consuelo, misericordia, liberación y alegría. Era un hombre de oración, lugar desde el que, abierto a Dios, acogía sus dones y los repartía a manos llenas. Pero en el centro de su vida y su corazón siempre estaba la caridad hacia los más desvalidos. Este hombre comprendió que teníamos que tender nuestra mano siempre hacia los más pobres, porque en ellos veía a Jesús.
    Pepe, sin duda alguna, vivía el lema de la jornada del domingo dedicada a los pobres, “Tendamos la mano al pobre”. Siempre tuvo su mirada en ellos y nos retaba con osadía a que nuestro corazón, nuestra mirada, nuestro pensamiento y nuestras acciones tuviesen como lugar prioritario los más desprotegidos.
    Que él, que ya vive el encuentro definitivo con el Padre, nos ayude a poner a los pobres en el centro de nuestro corazón, como lo están en el centro del Evangelio. Desde esa realidad que es la vida eterna Pepe Sánchez Luque nos seguirá diciendo al oído: “tiende la mano al pobre, tiende tu mano al pobre”.

    Rvdo. Antonio Ramos Ayala

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