Esther López
Una película documental muy interesante que muestra la realidad de las personas que viven alrededor del lago Tanganica, que principalmente pertenece a la República Democrática del Congo y Tanzania.
Tanzania, tan lejos y tan cerca: la película tiene la magia de introducirnos dentro del argumento, a nosotros, a Occidente, a los que tenemos en los supermercados filetes congelados de perca -o halibú, o mero, que a veces así los llamamos- y forman parte de nuestra alimentación (en España 150 toneladas semanales).
La película nos lleva de la mano por múltiples situaciones que nos ponen los pelos de punta. Desde el punto de vista ecológico a mediados del s.XX se produjo una gran catástrofe: se introdujo en el lago Tanganica una nueva especie, el pescado al que nos hemos referido, y resultó ser un gran depredador que ha hecho desaparecer las especies autóctonas eliminando incluso a las que mantenían la salubridad de las aguas. Una gran pesadilla de la evolución, la pesadilla de Darwin. Pero no termina aquí, porque 25 millones de personas viven alrededor del lago y comparten su miseria, la mitad de ellos están desnutridos al mismo tiempo que pescan para occidente. Constantemente ven llegar aviones europeos, aviones que se llevarán el pescado pero que no hacen el viaje vacíos, sino que llegan cargados de armas que se quedan en el continente africano, y son pilotados por europeos que exigen prostitución en Tanzania.
Merece la pena el documental porque el tema lo muestra desde diferentes puntos de vista y nos muestra las caras reales de los que viven esta realidad, la lucha por sobrevivir. Pescadores que malviven entre los restos de los secadores de pescado, ejecutivos financieros internacionales, niños de la calle, prostitutas tanzanesas, pilotos de la antigua Unión Soviética… y nosotros en la otra cara, consumidores de su pescado, vendedores de armamento.