Maraini, Dacia: Pasos Apresurados

EDICIONS 96, Valencia 2009, 1ª Edición 

Silenciosos y discretos son los “pasos apresurados” de Lhakpa, Aisha, Carmelina, Civita, Juliette, Amina, Teresa y Viollca. Ocho mujeres que nos cuentan experiencias de dolor y discriminación. A ellas les ha dado voz Dacia Maraini, sobre los escenarios y en este libro, para fijar sobre la página blanca historias de una cotidianidad trágica.

La crónica, de hecho, continúa registrando el horror y el miedo de las que, sobre todo entre las paredes de casa, son víctimas de padres, esposos, hijos o compañeros. Mujeres prisioneras de una tradición, de un matrimonio no deseado, de una familia violenta, de un explotador, de una discriminación.

De China a Jordania, de Nigeria a California, hasta en la “civilizadísima” Europa resuenan, en las historias narradas por Maraini, la violencia y la opresión. El dolor de mujeres pertenecientes a mundos diversos que son ultrajadas en su persona, dignidad y libertad.

Pasos apresurados no habla sólo de una violencia insensata, sino que describe un universo más complejo, un desierto en las relaciones, una representación del cuerpo y del deseo masculino, relegados a la categoría de bajos instintos que se imponen junto con la violencia o el dinero.

Pasos apresurados ha sido representada por Rosana Pastor y Maribel Verdú junto con otras actrices y actores en España.

El dinero conseguido por las representaciones y la venta de este libro pasa a Amnistía Internacional para luchar por la erradicación definitiva de la violencia de género:

La violencia contra las mujeres, sobre todo la que tiene lugar dentro de casa o en la comunidad de origen, no se considera una violación de los derechos humanos. Más bien se considera, con demasiada frecuencia, una fatalidad, un asunto privado que en todo caso se debe esconder, pero no castigar.

La campaña mundial “Nunca más violencia contra las mujeres” de Amnistía Internacional (www.es.amnesty.org) exhorta a los países a cumplir con su obligación internacional de actuar para prevenir y detener la violencia doméstica y para garantizar una indemnización adecuada a las víctimas.

Pepa Úbeda

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