¿Qué ver?: 2 películas.

¿Qué ver?: 2 películas.

Amparo Madrigal.

En esta ocasión proponemos dos películas que tratan el conflicto entre Israel y Palestina desde perspectivas muy distintas. Ambas lanzan un mensaje esperanzador y optimista para la superación del conflicto a través de la toma de conciencia y coherencia personal. La primera, aborda las consecuencias del conflicto en la vida cotidiana en clave de humor, mientras que la segunda lo plantea en clave superación de dilemas morales que afectan el seno de una familia judía y otra palestina, y a los dos jóvenes protagonistas.

1.-

Título: Un cerdo en Gaza; Le cochon de Gaza; When pigs have wings. Director y Guinista: Sylvain Estibal; Premio Cesar Mejor Opera Prima; Año 2011; Duración: 99 min.

Un cerdo en Gaza, es una comedia que intenta mostrar desde la ironía, una regla compartida entre los árabes y los judíos: el rechazo de los cerdos por ser un animal impuro. Muestra las vicisitudes por las que pasan algunas personas por causa de la situación sociopolítica y que se encuentran atrapadas por los fundamentalismos de ambos lados.  Es una comedia inteligente, que analiza el conflicto desde la perspectiva de la gente pobre, del pueblo llano que necesita ganarse la vida diariamente y que tiene agudizar el ingenio para sobrevivir, sorteando los obstáculos más irracionales impuestos desde el poder político, religioso y militar.

2.-

Título: El hijo del Otro; Le Fils de l’autre; Directora: Lorraine Levy; Guionistas: Noam Fitoussi, Nathalie Saugeon, Lorraine Lévy; Premio a la Mejor Película y Mejor Director en el Festival de Tokyo, Año 2012; Duración: 105 min.

El hijo del otro –o El otro hijo, según la interpretación o traducción que se haga del suceso-, aborda el drama de dos familias que descubren que sus hijos de 18 años no son sus hijos biológicos, y han criado y amado ‘al hijo de otro’. Las reacciones de ambas madres y padres son diferentes, no sólo debido a la dificultad de comprender el hecho en sí, sino por el abismo cultural, religioso y político que separa a ambas familias: una judía acomodada, y la otra palestina marcada por la muerte de uno de sus hijos por causa del conflicto. Según la directora, esta es una película que trata de los conflictos de identidad de los jóvenes, pero también de las relaciones filiales, patriarcales, del sentimiento maternal, pero también del peso de las creencias religiosas y del conflicto árabe-israelí. Y a pesar de todo, nos encontramos con una película optimista, que confía en la población juvenil laica la posibilidad y esperanza de poner fin a un conflicto instrumentalizado y agudizado por los extremismos religiosos. 

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