Reflexión: Honrar la diversidad espiritual es honrar nuestra propia humanidad. Inés Vázquez González. En el siglo XXI, y frente a los desafíos descomunales que enfrentamos, el respeto, la valoración, la protección y el cuidado hacia otras religiones se convierte en una apuesta necesaria por seguir cultivando lo que queda en nosotros de humano.