XVII ENCUENTRO DE CRISTIANOS Y CRISTIANAS DE BASE DE ASTURIAS

Nacho Alonso

 Los días 6, 13 y 14 de mayo hemos celebrado en Gijón el XVII Encuentro de los Cristianos y Cristianas de Base de Asturias, con el título de Espiritualidad para un mundo nuevo.

El Encuentro fue inaugurado con una Mesa Redonda sobre Espiritualidades Cristianas, en la que participaron Carmina Garrido, cristiana e histórica militante del Partido Comunista y de Izquierda Unida, que se aproximó al tema fundamentándose en su compromiso social, fuera del cual la espiritualidad no tendría sentido; María Dolores Martín Trutet, religiosa benedictina, que, partiendo desde su vocación contemplativa, supo entrelazar ésta con un atinado análisis crítico de la realidad, y José Luis Fernández Álvarez, de la Congregación Evangélica de Gijón, que expuso la vivencia de su espiritualidad desde el protestantismo, con una gran dosis de sensibilidad y humildad, destacando el retraso, en líneas generales, de su religión en planteamientos políticos y sociales.

La primera conferencia del Encuentro, ¿Tiene sentido la mística hoy?, estuvo a cargo de María Lourdes Solé, benedictina del Monasterio de San Pedro de las Puellas. Planteó al auditorio un esquema basado en tres puntos fundamentales: la Espiritualidad de la Creación, la Espiritualidad de Jesús y la Espiritualidad del Hombre recreado, resucitado en Cristo. De sus palabras se desprende la idea de que en cualquier estado de vida, circunstancia o situación personal es posible la experiencia de Dios. Lo importante y decisivo es el amor, pues donde hay amor allí está Dios.

Y la tercera y última conferencia fue pronunciada por Julio Lois, presidente de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, y sobradamente conocido por los lectores de esta Revista, con el título de Espiritualidad de la liberación, en la que, inicialmente, expuso los pilares básicos en los que debe sustentarse una auténtica y buena espiritualidad: Ha de ser honrada y fiel con la realidad evitando cualquier tipo de evasión. Esperanzada, no cayendo en la trampa de pensar que hemos llegado al final de la historia y que la realidad que vivimos es inamovible. Y orientada a lograr la liberación de todos los obstáculos que nos impiden realizarnos como personas: «La realidad nos concierne, y tenemos que escuchar sus clamores para encargarnos de transformarla en una realidad liberadora.» Se centró, luego, en la espiritualidad cristiana, que, obviamente, ha de estar fundamentada en el seguimiento de Jesús y en su mensaje liberador. Sin esta principal referencia, «podríamos confundir la espiritualidad con cualquier cosa, incluso con proyecciones interesadas y bastardas de nuestra mediocridad».

El Encuentro, como ya viene siendo tradicional, contó con una gran afluencia de público, que participó con mucho interés en los debates que siguieron a las Conferencias, así como en la celebración de la Eucaristía con la que fue clausurado.

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