Mercado único y derechos sociales.
Editorial.
El 92 fue el año de las grandes celebraciones, organizadas para conmemorar el V Centenario del descubrimiento. Ahora, finalizados los festejos, podemos constatar que los problemas de antes, como el desempleo, la reconversión industrial, la exclusión social, etc., se han agravado más que solucionarse durante ese año. El aumento de las cifras del paro durante ese año, hasta llegar a los tres millones, es sólo un ejemplo.
Y el 92 fue también el año de los acuerdos de Maastricht. Sellados en la ciudad holandesa el 7 de febrero de este año. En el n° 3 de UTOPIA, al tratar del tema de la solidaridad. Ya nos planteábamos la cuestión de hasta qué punto la solidaridad dentro de Europa y de ésta con las naciones pobres del llamado Tercer Mundo se podían decir favorecidas por este Tratado. Ahora, ya en1993, nos ha parecido oportuno seguir reflexionando sobre el proyecto dela creación del Mercado Único Europeo y sus repercusiones en el campo social.
La primera constatación a la que nos lleva el análisis de este Tratado es que, en el plano económico y monetario, Europa aparece dividida en países ricos y países pobres, y. en el plano social, algunas de las exigencias económicas contempladas por el Tratado, van a repercutir muy negativamente sobre algunos sectores sociales: para los jornaleros andaluces, según un líder sindical, va significar “paro permanente y subsidio de desempleo permanente”. A lo que parece, pues. Estamos a las puertas de una Europa unida, pero en la que habrá ganadores y perdedores.
Con estas constataciones UTOPÍA no pretende llevara los cristianos de base a implicarse en una campaña contra la unidad europea, pero sí poner de relieve los siguientes puntos. Primero, que existen diferentes formas de entender la unidad de Europa y que se pueden a esa meta. Segundo, que la elección de un modelo u otro de Europa, de un camino o ritmo diferentes. Puede implicar costes sociales distintos. Y, tercero. que frente al proyecto del Mercado Único Europeo a los cristianos de base corresponderá mantener una línea de conducta e ir abriendo caminos que permitan avanzar hacia una Europa más justa mediante una mejor distribución dela riqueza dentro de la Comunidad y una mayor atención a los sectores sociales menos favorecidos. Y hacia una Europa más solidaria en sus relaciones con el Tercer Mundo.
La segunda constatación es que los gobiernos de diversos países, entre ellos el nuestro, están aprovechando esta marcha hacia el Mercado Único Europeo como coartada para legitimar determinadas medidas. La primera, llevar adelante un brutal ajuste económico en beneficio delos privilegiados y en detrimento de los menos favorecidos. Y. la segunda. La implementación de una política restrictiva en el campo de los derechos sociales, que se refleja en el recorte de las prestaciones sociales.