Par leer:  ¿Podemos seguir siendo de izquierdas?

¿Podemos seguir siendo de izquierdas? (Panfleto en sí menor).

Santiago Alba Rico.Ediciones Pol·len 2013.

Goio Ubierna

Santiago Alba Rico es un gran filósofo, que ahonda en la vida de los seres humanos, en sus relaciones y en sus realizaciones. No promete nada, lo que ve con claridad lo expone, no da soluciones, no es un político, no hay un “final feliz del cuento”, aunque muchos grandes pensadores nos lo hayan prometido. Frente a lo bueno, lo bello, lo verdadero, debemos reivindicar lo regular, lo bonito, lo aproximado. Se hace camino al andar. Toda cosificación es engaño, pero no hay sociedad sin cosas, luego no hay sociedad sin engaño.

Nos recuerda que el Che Guevara y Simone Weil sentían como propio el dolor ajeno y eso les llevó a comprometerse con los hombres y mujeres e intentar cambiar la sociedad. Para Alba Rico la mejor sociedad posible es la que combina una buena ley efectiva y muchos desobedientes y descontentos. Además de la división de clases, también hay personas fuertes y personas débiles. Para evitar el abuso de los fuertes sobre los débiles se creó el Derecho en una situación de paz y bonanza. El Derecho es “la fuerza de los débiles” y por eso decimos hoy que todos somos iguales ante la ley. La Historia es el campo de batalla de los ricos, los fuertes y los malvados y se contrapone al Derecho, al Pueblo, la Sociedad, la Naturaleza, la Cultura.

Desde una posición de izquierdas, establece tres frentes para el cambio social: revolucionario  en lo económico, reformista en lo institucional y conservador en lo antropológico. Lo que identifica a la izquierda son necesariamente los medios, no los fines. Lo que hay que combatir es la esencia del capitalismo: el crimen, el robo y la mentira. Las hambrunas inducidas por el imperialismo inglés en India y China en la segunda mitad del siglo XIX produjeron entre 20 y 30 millones de muertos (con canibalismo y suicidios incluidos). La rendición de Berlín a las tropas rusas el 30 de abril de 1945 desembocó en la violación de más de 100.000 mujeres. Si se suicidan algunos capitalistas es que hay crisis y estamos en peligro, pero si se suicidan los pobres (150.000 campesinos indios entre 1997 y 2005) es que hay, sencillamente, capitalismo. La crisis sobreviene no cuando la humanidad sufre demasiado sino cuando sus sufrimientos no generan ya suficientes beneficios. El tiempo devora todas las cosas y el capitalismo devora el tiempo mismo. El capitalismo no es reformable, porque él mismo es una revolución y provoca la destrucción del sujeto humano, como condición de su existencia. La amenaza del capitalismo consiste en que no puede (realmente no puede) pararse.

Los hombres son buenos cuando están tranquilos, y en esas condiciones toman decisiones libres contra el poder. Esas decisiones sociales  libres contra el poder de la Historia son precisamente las Instituciones, que son cauces y esclusas para regular el poder y que necesitan a veces ser reformadas.

¿Cuánto vale un ser humano? El tiempo que hemos trabajado en él. No cuidamos los cuerpos humanos por que tengan valor sino que, al contrario, adquieren valor en la medida en que los cuidamos y los tocamos y los miramos……. en que los trabajamos. Son los cuidados, y no al revés, los que hacen valiosas las vidas humanas, y han sido, por tanto, las mujeres, especialistas en sostener fragilidades, fuente de valorización de los cuerpos,  las que nos han hecho amable a nuestro amigo, deseable a nuestro amado y rechazable el crimen, la tortura y la crueldad. Debemos librar una lucha doble y simultánea a favor de la independencia económica y de la dependencia recíproca, nos dice Santiago Alba Rico.

“¿Podemos seguir siendo de izquierdas?” es un librito de 126 páginas pero de gran profundidad. Su lectura es inexcusable.

Deja una respuesta