Nos queda la utopía por la paz.
Luis Pernía Ibáñez. (CCP Antequera).
Decía Galeano: “Las guerras siempre invocan nobles motivos, matan en nombre de la paz, en nombre de dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia y si por las dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están los grandes medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y en un inmenso matadero”.
Derecho de veto y fabricación de armas
El incremento de violencia y conflictos en diversas partes del mundo revelan la importancia de fomentar la reflexión y la acción para construir una cultura de paz en la sociedad. Sin embargo, ésta es una utopía, pues como dice el propio Galeano: “Las armas exigen guerras y las guerras exigen armas. Y los cinco países que manejan las Naciones Unidas, que tienen derecho a veto, resultan ser también los cinco principales productores de armas”.
Y es que estas poderosas potencias del planeta han alimentado con inusitadas energías sus fuerzas armadas, a juzgar por el ingente gasto desplegado desde la crisis financiera de 2008: nada menos que 26,2billones de dólares hasta el presente ejercicio 2022. Esta cantidad, facilitada por Statista, resulta similar a la suma de los PIB de EEUU, Japón y España, el primero, tercero y decimocuarto del planeta.
El desastre de la guerra en Ucrania.
La guerra Rusia Ucrania ha sido un desastre absoluto. Cientos de miles han resultado muertos o heridos. Millones han sido desplazados. La destrucción ambiental y económica ha sido incalculable. La devastación futura podría ser exponencialmente mayor, a medida que las potencias nucleares se acerquen cada vez más a una guerra abierta.
En muchos puntos de Europa se están levantando voces deplorando la violencia, los crímenes de guerra, los ataques indiscriminados con misiles, el terrorismo y las atrocidades que forman parte de la guerra.
Como ciudadanos, instan al presidente Biden y a la Unión Europea a usar todo su poder para poner fin rápidamente a la guerra entre Rusia y Ucrania a través de la diplomacia, pues los peligros de la escalada militar podrían salirse de control.
El expansionismo de ambos lados.
La causa inmediata de esta desastrosa guerra en Ucrania es la invasión de Rusia. Sin embargo, los planes y acciones para expandir la OTAN a las fronteras de Rusia sirvieron para provocar temores en Rusia. Y los líderes rusos insistieron en este punto durante 30 años. Un fracaso de la diplomacia condujo a la guerra. Ahora se necesita con urgencia la diplomacia para poner fin a la guerra antes que se destruya Ucrania y ponga en peligro a la humanidad. La ansiedad de Rusia está informada por los recuerdos de la invasión de Carlos XII, Napoleón, el Kaiser y Hitler. Rusia ve la ampliación de la OTAN y la presencia en sus fronteras como una amenaza directa. En la diplomacia hay que intentar ver con empatía estratégica, buscando comprender a los adversarios. Esto no es debilidad. Es sabiduría.
Espacios de paz.
Abogamos por un compromiso significativo y genuino con la diplomacia, especialmente un alto al fuego inmediato y negociaciones sin condiciones previas que descalifiquen o prohíban. La utopía nos empuja a gritar: ¡Alto a la guerra! y a crear “espacios por la paz” en cada uno de nuestros lugares.