Como sabéis, el lema del año es “Construyendo lo Colectivo”, y para ello propusimos en el primer número (el 81) “Atrévete a pensar”, en el segundo (el 82) “Atrévete a hablar” y en este tercero (el 83) “Atrévete a unirte”, pero ¿con quiénes debes unirte y para qué? Se supone que para descubrirlo has estado ya pensando y contrastando con otros, es decir, has analizado la realidad en profundidad, los hechos, porque lo que de verdad importa no es lo que decimos o pensamos, sino lo que hacemos. Antes, todos estábamos unidos bajo la misma cúpula eclesial, eso sí, los poderosos y explotadores en las primeras filas y los pobres y explotados en las últimas. El mensaje era el mismo para todos, de resignación y contrición íntima.
Ahora todos quedamos unidos bajo el manto de la paz social, mientras nos arrancan los derechos sociales y laborales conquistados en la postguerra, al amparo de las expectativas comunistas y también de la gran expansión económica. Conseguimos una Sanidad Pública y unas Pensiones para nuestra vejez. La Educación fue ganando en alcance y calidad (nuestros hijos accedieron a las Universidades y salieron titulados). En el mundo laboral se alcanzaron importantes logros y derechos a través de los muchos Reglamentos y la negociación colectiva de Convenios. Se pusieron en marcha los Servicios Sociales que ahora desmantelan.
Así llegamos hasta la Sociedad del Bienestar creyendo que lo conquistado era para siempre. Corrompieron nuestras conciencias y confundieron nuestras mentes con los Medios de Comunicación y sobre todo con la Publicidad, fomentando un consumo compulsivo y enfermizo. Adormecidos por el Bienestar, nos hicieron olvidar que los derechos no sólo se conquistan, sino que también hay que mantenerlos. La lucha nunca acaba, los capitalistas están al acecho para arrebatar nuestros logros y enriquecerse ellos más.
En cuanto cayó el Muro de Berlín, los capitalistas de la Tierra (con la ayuda de sus gobiernos) reiniciaron su contraataque para apropiarse de las conquistas sociales que habíamos conseguido los proletarios; la consigna era privatizarlo todo y adueñarse de lo público. Los acuerdos fueron adoptados en Maastricht en 1992. Pero su avaricia y su especulación no tienen límites, ni se los ponen los gobiernos. Se han pasado. Han acumulado muchísimo dinero, pero electrónico, que no real, y ahora quieren que los Gobiernos (es decir, los ciudadanos) les conviertan en real ese dinero ficticio.
Necesitamos atrevernos a unirnos para despertar y organizarnos de nuevo, porque los sindicatos mayoritarios que tenemos, abandonada la lucha por el cambio del sistema económico, se preocupan sobre todo de su burocracia y su poder, están subvencionados por el sistema político-económico para que hagan de contención, y los partidos políticos mayoritarios están al servicio del imperialismo económico.
Hay que pensar en lo colectivo, buscar espacios y servicios comunes, recuperar los bienes para el común, organizar servicios comunales, de la Comunidad, no de las Instituciones. Buscar la unidad con respecto a la pluralidad y desarrollar lo local de manera preferente.
Atrévete a unirte para trabajar y buscar el sustento (en cooperación, produciendo bienes básicos para la vida), para conseguir techo y cobijo de las inclemencias (como construían chabolas en Palomeras o Cañada Real), o también ocupando viviendas vacías.
No esperes a que te subvencionen o financien los Gobiernos o los Banqueros. Únete a otros que también quieren construir lo colectivo desde abajo, con el propio esfuerzo y los medios de que disponemos. Atrévete a usar los medios tecnológicos para empezar a hacer lo que proyectas y deseas y para descubrir a otros y estrechar lazos.